Entrada inédita, Diarios del carrocasa

Diarios del carrocasa

Jueves 18 de Abril 2019

Luna casi llena

Marbella, Guanacaste, Costa Rica

Anoche navegué a través de la oscuridad entre Tamarindo y Marbella. La calle de lastre estaba buena porque todavía no ha empezado a llover, pero los serruchos y meneos afectan mucho a Junior; vibraciones fuertes estremecen mi cerebro y se tambalea de un lado para otro toda la casa…

La paciencia y la ausencia de restricciones de tiempo ayudan a llevar un viaje que se siente eterno.

Volver a tener señal de radio también es la gloria eterna. (En Rajada no entraba la señal.)

En el camino los campos son planos y con gigantes árboles de Cenízaro y Guanacaste que proyectan su huella de sombra sobre el seco pasto. *Pequeñas y extrañas montañas o lomas salen de la planicie, como submarinos rompiendo superficie del agua. El ganado se baña apacible en la luz plateada y misteriosa de la luna, siempre en paz, siempre alerta. El grupo es una unidad, un solo animal con muchos ojos, puede ver en todas direcciones alrededor, y el centro puede descansar en la paz de que hay consciencia de lo que está pasando afuera. Cada individuo (jivatman) puede estar en paz porque sabe que otro, o el grupo (paramatman), colectivamente, le está cuidando la espalda. Nunca he encontrado ganado durmiendo, jamás en todas las veces que lo he encontrado a las altas horas de la noche (aún cuando he estado caminando solo y en silencio) siempre les encuentro o les veo y ellos ya me estaban viendo a mí desde quién sabe hace cuánto… Parece que no han perdido su instinto salvaje, tal vez los pumas y los jaguares les ayudan a mantenerse alerta.

Entro a la parte oscura bajo las copas de inmensos árboles que cubren el camino y de un pronto a otro, pierdo toda mi energía, como si la luz de luna hubiera sido lo único que me mantenía despierto. Mil veces estoy a punto de dormirme. Creo que voy bien pero de pronto me despierto cabeceando de un par de microsiestas que me llaman la atención. Lucho con todas mis fuerzas la batalla contra el sueño. En el momento en el que no puedo más orillo a Junior para sacar la cama y dormir ahí… pero apenas tengo la posibilidad de dormir sin peligro se me quita el sueño, entonces sigo el camino.

Cuando finalmente vuelvo a ver el mar la luna está bajo en el horizonte y empezando a transformar su luz blanca al amarillo, y hay un camino de plata en el mar sobre el agua hasta más allá del horizonte, hasta la luna, y de ahí al sol. (Comparar con Cuerpo-Tierra-Mente, Luna-Espíritu-Sol.) Sopla una una suave y fresca brisa offshore y hay olas; picos perfectos se levantan por doquier y parecen sostenerse por un instante, como suspendidos por el viento y la luz de la luna antes de que sus crestas alcen vuelo en un spray que se disipa y se disuelve en el aire hacia las estrellas. La gloria eterna. Gracias Junior. ¡Gracias todo! ¡Marbella, en todo su esplendor, a la luz de la luna en una función, un espectáculo de Semana Santa!

Mientras casi todos duermen, hay uno, que por suerte esta noche está despierto para ver la luna amarilla volverse anaranjada y casi roja al besar el mar y desaparecer en la oscuridad.   

En la bomba de Liberia rellené gasolina (tenía un poco más de medio tanque), 49 rojos. Revisé el aceite y el agua/coolant, todo O.K. Pero lo más glorioso fue rellenar/reabastecernos de agua. Tardé un gran rato, pero muy cómodo hacerlo en la bomba, debo también elegir bien el espacio en las “Waystations” o “Estaciones de servicio,” para rellenar aire, gasolina, agua y gas. Este último no lo he tenido que recargar desde la primera vez que lo llené. 

Ahhh :)… volver a tener agua es una gran alegría y facilita mucho la vida. Ya se me había acabado hasta la última gota de la botella y los calores del día estaban muy intensos. Tomé agua a gusto como camello en oasis y aproveché también para almorzar un Casado y comer ensalada y otras cosas que no ando ni me faltan creo, pero tal vez sí… el cuerpo lo pide y se lo doy. Devoro en el comedor del supermercado “Perimercados” y en la paz de después de alimentarme aprovecho para recorrer los pasillos desbordantes de víveres y muchas otras cosas y elijo con qué restockear mi alacena, mis reservas de alimentos. Mi dieta principalmente se basa en huevos, pasta, pan integral y fruta, con miel de abeja, aceite de oliva, té y café. Lujos del momento tengo la mantequilla fina NIKKOS que me regaló Beto desde Roca Bruja y unas galletas de jengibre que me regaló la maigre saliendo de la casa. Fruta suelo conseguir en el camino y me gusta mucho para “los calores” alrededor del medio día.

Recorrí la calle paralela a la playa un par de veces y encontré un lugar tuanis; vista al punto, justo frente al mar, en el borde de la arena dura. Bien nivelado y con sombras variables, buena sombra para la tarde y parcial durante la mañana. Al mediodía sí pasamos por el crisol de fuego, pero sin duda tengo más sombra que adonde nos habíamos atascado en la trampa de arena. “Esa terrible arena movediza” de Playa Rajada. 

Felizmente en la mañana voy a explorar y encuentro bonitos lugares naturales cerca pero no muy cerca para devolver a la naturaleza y entregarle mi regalo al suelo. Otra alegría es que ya tengo agua para lavar platos (había drenado los dos tubos y la bomba hasta la sequía absoluta) y ya no tengo que ir a lavarlos al mar (que es muy bonito, excepto si es durante “los calores” y además así no me rostiza el sol). Lavo los platos sucios, testigos de la sequía, y se siente muy bien “desacumular.” Poco a poco voy afinando todos los procesos y el de lavar es vital para ahorrar agua. Definitivamente he reducido mi consumo total de agua. Trato de usar solo lo necesario y de la forma más eficiente posible, a veces lavo casi en seco, sin sacrificar la limpieza. 

Ayer también compartí un rato con Dan adentro de la van con el longbough acompañándonos (lo ando adentro para que Junior sea más aerodinámico y así ahorrar gasolina, por el mundo y la billetera), muy cómodo igual, puedo visitar gente en el camino sin tener que sacar el longbough. Pasamos a la terraza porque no hay un cenicero, voy a hacer uno, o conseguirlo, Dan me recomienda usar un coco y me parece una idea genial. Las sillas altas/rectas sirven super bien para sacarlas y guardarlas fácil y rápido, aunque ni cerca en comodidad a los loungers de Eno Costa Rica.

Siento que el orden ha mejorado un poco en la bodega, creo que tener la palangana verde fuera de ahí ha ayudado. Antes se salía cada vez que abría la puerta. Poco a poco voy creando espacios. La caja de té que me regaló Prada es hermosa, pero no cabe casi en ninguna parte y donde cabe apenas puedo abrir la tapa para sacar un té, y no sé que hay después de las primeras dos filas porque no puedo levantar la tapa más  para ver y es bastante difícil sacar la caja, está atrapada y adentro los últimos tés están aún más atrapados. Cuando vaya a La Casona quiero probar algo diferente, en la casa la caja va a quedar perfecta y se usará mucho. Tal vez hay, o puedo hacer una adecuada a la van. Acomodo un poco la alacena y de fijo podría ordenar ahí, pero lo bueno es que caben las reservas de comida y creo que tengo para rato. Trato de tener siempre suficiente de lo básico para poderme ir unos 2-3 días sin tener que ir al super. También quiero pre-empacar una mochila para un strike mission como el de Roca Bruja, para estar listo sin tener que buscar cosas por todo lado. En la cocina está muy bien el orden, la bodega también. El resto está bien pero hay mucho desorden en el ático y los compartimientos inferiores, vuelvo a mencionar el de la alacena.

Recordando/regresando al tema de la “Estación de Servicio” y reabastecer. Me gustó poder reabastecer de todo lo que necesitaba, Agua-Gasolina, comida/víveres en una zona de menos de 3 cuadras y poder entrar y salir fácil y rápido de la ciudad. Sentía uno como que había “bajado de las montañas” o “subido adentrado de la costa,” regresando de los márgenes hacia el centro de la sociedad para reabastecer y volver a las exploraciones, hacia afuera y hacia adentro/el centro. El borde o margen externo de la sociedad y el centro del ser.

Estoy justo donde quiero estar, muy cerca de lo más cerca que podría estar sin meterme en el mar. Casi no quedan barreras que me separen del océano y las que quedan son sutiles o se empiezan a disipar.

En este momento creo que ni pagando podría encontrar un mejor lugar. 

Una botella o adaptarle un orinal a Jr. María podría ser épico.

Hoy me levanté y el papel higiénico estaba empapado. Después de una revisión más profunda pude identificar una pequeña fuga de agua en la tubería del lavatorio de atrás. Traté de arreglarla pero mis herramientas no dan. Intenté con cera y tampoco. Voy a buscar poco a poco las herramientas adecuadas para andar en la van. Intenté con más cera de la tabla, y aunque mejoró, la fuga seguía ahí. Todo lo que estaba ahí abajo quedó empapado. Lección: abajo de las tuberías solo guardar cosas que se puedan mojar.

¡Podría ponerle papel celofán a las luces para hacer la luz más compasiva para los ojos!

Al final lo que hice con la fuga de agua fue resolverla como pude; la traté como la gotera que es. Puse uno de los dos vasos que ando, el de plástico reutilizable, para recolectar el agua que gotea del tubo, con la ayuda del trapo viejo para cualquier pringue. Funciona muy bien, intento mantener la bomba de agua apagada porque se pierde la presión por la gotera. A veces se me olvida pero Junior me recuerda con un ruido cada vez en cuando. En la noche uso el agua recolectada de la gotera para tomar y lavarme los dientes. En el día igual está ahí para cualquier cosa, como un último traguito de agua antes de ir a surfear.

La puerta de atrás ya no ha querido abrir con la llave, solo desde adentro, esto es prioridad en los arreglos. ¿Tal vez si le pongo grasa o WD40? debo consultar el manual.




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…despertar a media noche

En la noche cuando estoy bien privado llega un vehículo y me despierto de cero a cien. 

Estoy preparado para luchar por mi vida pero al mismo tiempo una minúscula parte de mí aboga por ignorarlo todo y seguir durmiendo, podría seguir durmiendo… pero no.

La fuerte luz entra por el parabrisas y se ilumina todo dentro de la casa. Las cortinas parecen brillar con luz propia, me encandila la luz y me siento expuesto sin la oscuridad. El vehículo se acomoda justo enfrente y me asomo por las cortinas para ver qué es esto tan extraño en una noche desolada post tormenta. De fijo me vienen a… 

Todo tipo de pensamientos pasan por mi mente.

El carro parece un vocho. Prendo los faros poderosos de Jr. y lo confirmo. Inmediatamente al frente hay un extraño vocho azul aperlado con flores pintadas, mucho chromo, guardabarros locos, placa mexicana y un ser con bigote y pinta total de viajero trasnochado feliz de haber encontrado un lugar donde dormir adentro. 

El vecino apagó las luces y sentí la vibra cambiada.

Apagué las mías y después de un rato seguí durmiendo con una extraña nueva paz. La paz de la compañía. Ya no estaba solo, ya éramos dos ante los terrores de la noche en el Pacífico Central.

Me sentí muy tranquilo y me dormí feliz de ser relevado. 

Le encomendé la guardia y al fin descansé del estado ultra alerta del viajero solitario.

¡Gloria al recién llegado!