Ha llovido todo el día y llovió todo el día de ayer.
Ahora sale el sol y se despide en un sangriento atardecer.
Es un fuego que quema todo lo que el agua se llevó.
Un cielo que se desprende de todo lo que fue.
Un día más que nunca volverá.
Una noche nueva está pronta a llegar…
Poco a poco va oscureciendo,
Este día está muriendo.
En eso los terribles ladridos empiezan a aparecer.
Salen del otro horizonte como precediendo la salida de la luna llena.
Surcan todo el cielo, entran en nosotros y salen a la infinidad.
Le ruegan a la luna y a las estrellas;
¡Por favor, aunque sea una vez más, brillad!
Ladran, los perros del atardecer…