«Comer y rascar, todo es empezar.»
Eso me dijo Tía Cecilia una vez hace mucho tiempo y como la mayoría de los dichos de los abuelos, venía cargado de sabiduría.
Hoy me pregunto una vez más: ¿Por qué me cuesta tanto hacer lo que quiero?
Pienso en disciplina y me pongo a leer viejos escritos cuando de repente me acuerdo del dicho de Tía Cecilia. Me doy cuenta que aplica también para escribir, y posiblemente para todo…
¿Será, que todo es empezar?