Me levanto al amanecer y todo brilla en luz dorada. En el aire se respira la frescura de un nuevo día. Un espejo gigante en la playa en marea baja refleja el cielo en la tierra. Arriba cielo azul y solo un trencito de nubes en el horizonte. Se ven relajadas, pasando por ahí a lo lejos. No sé de donde salieron, o en qué momento aparecieron… parecen pequeñas y pacíficas cumulonimbus y apenas flotan sobre el mar. No se ven amenazadoras como las montañas de lluvia y trueno que se levantan cuando empieza a entrar el invierno, más bien parecen ir haciendo viaje. Como que van de salida y esta es su despedida. A otros rumbos y otras vidas. Suerte nubes, hasta la próxima temporada!