Nosara, Costa Rica
Nos levantamos con la claridad de la fresca madrugada y medio dormidos y medio despiertos vamos hacia la mar.
Cruzamos el verde bosque caminando descalzos entre un pueblo de cangrejos donde cada hueco es una puerta. Tantas casas…
Escuchamos los retumbos de las olas mucho antes de verlas.
La brisa acaricia la arena.
El mar viste azul celeste y el cielo brilla con el oro de un nuevo día.
Abrazados por agua cristalina vemos suaves rayos de luz despejar las últimas nubes en un amanecer que huele a verano.
De mar adentro llegan olas perfectas, regalos de Poseidón.