Siempre lo digo, pero poco lo aplico.
Creo que hasta ahora me doy cuenta de que me conformaba con decirlo, y al nombrarlo lo descartaba, como pasa con tantas cosas. Como si ya lo hubiera hecho, como si decirlo y hacerlo fuera la misma cosa…
Decía “poco a poco,” pero realmente lo quería todo “de un solo tiro”.
Si aplico el “poco a poco” puedo estar en paz con el avance, lo recibido, lo olvidado, lo que es. El dicho me dice que acepte, me señala que el camino es gradual y me invita a vivir el proceso. De esos “poco a pocos” está hecha la vida, de cambios a veces imperceptibles y dichos que dicen todo.
Disfrutemos la vida. “Poco a poco,” eso es todo.