Sopa de pollo

Una noche perfecta para comer sopa. Pocas veces se me antoja, pero hoy estoy decidido. Pocas veces sé lo que quiero, pero hoy quiero sopa de pollo. Tan seguro estoy que me voy a un lugar donde me advierten que tardan media hora en hacerla. Sé que estará deliciosa.

Camino a la cocina me intercepta un mesero muy alegre y después de darnos las buenas noches le pido la sopa de pollo sin nada de tomar y me pongo a leer Don Quijote. 

Estoy pensando pedir un vaso de agua, cuando llega el feliz mesero y pone sobre la mesa un vaso de fresco natural. —Pa que tome— me dice con una sonrisa —es cortesía de la casa.

Me tomo unos tragos mientras Sancho Panza busca la cabeza del gigante y Don Quijote acuchilla cueros de vino tinto para el pesar del ventero.

Llega la sopa en un plato tamaño palangana y a lo que vinimos. Me preguntan si necesito tortillas o arroz y al ver mi indecisión me traen los dos.

Me quemo las manos partiendo las tortillas y las añado a la sopa. El arroz va pa la sopa todo de un solo tiro. 

La primera cucharada es el paraíso. 

Cada cucharada va cargada con el máximo de sopa y algo especial. Papa. Chayote. Zanahoria. Pollo. Un trozo de tortilla. Arroz. Una tras otra sin hacerle mella. 

Se me abren todas las vías respiratorias.

Me empieza a dar calor.

Encuentro un par de tortillas que había dejado en la canasta y me las como a mano, sumergiéndolas antes de cada mordisco.

Poco a poco me voy llenando. Poco a poco la sopa va bajando. Cada vez requiero un poco más de esfuerzo para no llenarme todo el bigote y la barba. 

Me empiezo a aburrir. Me queda mucha sopa y solo unas cuantas papas, un pedazo de zanahoria y uno de chayote. Los parto a la mitad para tener algo con que entretenerme en cada cucharada. 

Empiezo a sentirme como cuando hice los 108 saludos al sol en yoga y siento por un momento que nunca voy a acabar. ¿Sería muy feo tomar sopa con pajilla? Esto simplemente no es práctico. La cuchara está bien para disfrutar la sopa con la emoción inicial, pero después se convierte un trámite ineficiente como la peor oficina de gobierno. Definitivamente es un reto comer sopa. Si quiero saber el carácter de alguien le daré sopa, pero yo me comeré un par de huevos fritos o algo fácil y práctico. Creo que comer sopa es mitad pasatiempo mitad comida. Ah, y ni hablar de las cucharas casi planas, que dificultan la tarea aún más, a mí que me den una pala!

De pronto todo pasa y queda tan poca sopa que tengo que volcar un poco el plato para cucharadas llenas. Unos trozos de papa y un chayote solitario. Parto las papas y voy a dejar el chayote para el final, pero me lo como de una vez. Me como las papas y no aguanto más. Me rindo. Agarro el plato y me tomo lo que queda de la sopa del borde del plato, me empujo un par de granos de arroz que habían quedado atorados y bajo el plato. 

Me sonrío a mí mismo, orgulloso de haber completado la faena como quién hubiese corrido una maratón.