Noches naturales

Documentando la experiencia

Diarios del carrocasa

La oscuridad, me fui hacia el corazón de la oscuridad.

Bella Marbella


3/5/19

Ayer la noche estaba muy caliente y sin una gota de viento. 

Ya llevaba varias noches de calor y ni hablar de los días, así que decidí probar algo diferente.

Salí de la van, colgué mi hamaca, le puse el mosquitero, agarré almohadita y hasta cobija por aquello de los fríos de la madrugada y me metí a dormir ahí, rodeado por la frescura del aire libre. 

Dormí delicioso.

Ahora que lo pienso, creo, o más bien sospecho que la nevera también ha contribuido a estas recientes noches calientes adentro de Jr. María. La pared de madera que da de un lado a la cama y al otro a la neverita a veces se pone caliente… Los switches verdes chuzísimos que se iluminan arriba de la nevera ya no prendían (hace unos días) pero después de investigar encontré un cable suelto en la biblioteca y al conectarlo todo volvió a la normalidad. Además de eso ayer descubrí que al encenderlos no solo se iluminan con esa luz verde que tanto me gusta, sino que también se activa un abanico secreto muy silencioso que saca el aire caliente producto del fuego de la nevera por una rejilla afuera que está arriba de la nevera. Esto me dejó perplejo hasta que descubrí un fondo falso en la pared de la biblioteca/alacena. Este Junior es un barco pirata lleno de misterios. El cable de los switches verdes se debe haber safado en la ida a reabastecer comida a la tienda. Quiero ir protegiendo todos esos cables que hay por ahí. 

Otra mejora que hice fue cambiar la configuración de la entrada, y la limpieza de pies es ahora mucho más fácil. Antes tenía el banquito con la alfombrita encima. Ahora lo hice por etapas, de manera que está el banquito pelado afuera (perfecto para arrastrar los pies como un toro para quitarse la mayoría de la arena), le sigue la grada negra que mantengo siempre limpia donde uno se puede terminar de quitar la arena con la mini escoba y adentro está el último guardián en forma de la alfombra que atrapa lo que pueda haber pasado las primeras etapas de la limpia.

Anoche había mucho bicho, creo que puede estar vinculado a la oscuridad de la luna nueva (cercana), ya que cualquier luz es ahora relativamente más brillante y atractiva para ellos. Cualquier luz que encendía se llenaba al instante de mil bichos voladores y cuando estaba leyendo en la maca a salvo dentro del mosquitero los escuchaba revoloteando todo alrededor y los veía volando afuera arremetiendo contra la delgada barrera que nos separaba. 

Siguen saliendo chicharras. 

¡Día relax! Un poco nublado y mucho onshore. Afuera un solitario pelícano flota en el mar. Mareas extremas de luna nueva. En las tardes y las mañanas el mar se retira tanto que casi ni se escucha, dejando una hermosa explanada que refleja los colores pasteles del amanecer y atardecer. A medio día y noche sube tanto que pareciera querer salirse hacia las montañas y devorar todo a su paso, pero se detiene a unos escasos diez metros de la casa, sirviendo olas sin cesar. Ahora son las dos y media de la tarde, el mar está casi en la puerta y el horizonte está gris. Algo me dice que las primeras lluvias rondan a la vuelta de la esquina. Andan merodeando por ahí y las he visto a la distancia desde aquí. Algunas fuertes tormentas han sido avistadas tan cerca como Guiones…

Me encontré un buen palo largo para apear  pipas. Después quiero ver si en La Casona me hago uno de caña brava para andar y poder apear frutas. Dicen por ahí que hay un palo lleno de mangos al lado de la calle entre aquí y San Juanillo.

La ducha que me prestan a veces me regala en ocasiones agua caliente (dependiendo de la hora) y es la gloria eterna, y además a veces tengo wifi. ¡Buen lugar este!

Voy a ver si voy a buscar pipas hoy en la noche…

Fui por las pipas y logré apear seis. Una se rompió y me la tuve que tomar de una vez, estaba muy rica y bien cargada. Otras las logré atrapar en el aire con una mano y la última casi me quiebra un dedo. El palo que encontré sirve muy bien, me lo voy a dejar hasta quién sabe cuándo… Después me fui a caminar porque la van estaba muy caliente y algo afuera me llamaba. 

La oscuridad, me fui hacia el corazón de la oscuridad. 

Caminar por la arena mojada en el vacío de la marea baja con un cielo nublado que no muestra ni una estrella se siente como andar en el espacio. En un desierto de oscuridad. De luz. Solo los destellos de las rayerías al sur iluminan de vez en cuando todo, solo para volver a dejarlo caer en un misterio todavía más profundo y oscuridad absoluta. 

Encendía a ratos mi linterna para no caminar encima de las criaturas de la noche, y vi todo tipo de seres. Encontré cangrejos que parecen ser parte de la piedra y con tenazas rojas, escondidos y de todos tamaños, desde los temibles hasta los más diminutos. También vi otros de patas más largas que andaban por la arena y por ahí andaban también los cusucos. Vi uno blanco inmenso, ni siquiera estoy seguro de qué era. En el agua clara de las olas observé nadando varios peces plateados. Lejos de todas las luces (las pocas que hay aquí) encontré una procesión de cientos de caricacos, y pude ver a los gigantes que dejan las huellas inmensas que he visto en el día y en vano había rastreado. 

La huella de una tortuga me lleva a una belleza marina que está poniendo huevos por el manglar, huele a mar. *Especie por confirmar. Uso solo la luz roja del foco para contemplarla sin interferir y después de un rato la dejo para que siga en su trance tranquila. 

Veo un par de ojos verde/amarillo brillando por la maleza del manglar y los voy a buscar. Cuidadoso de no hacer ningún ruido los busco largo rato sin saber qué voy a encontrar y pienso que andar un báculo es buena idea y podría ayudar en caso de un encuentro animal, especialmente en la confianza, pero primordialmente para tener una buena oportunidad de sobrevivir en caso de toparse con algo muy feroz. 

Otra cosa que encontré fue una deliciosa brisa que nunca me hubiera esperado cuando estaba en el calor de la van. 

Milagro. Vuelvo a encontrar los ojos, esta vez más alto, y en eso de unos almendros de playa baja un felino que salta con gracia y en completo silencio desde el árbol hasta el suelo (creo ocelote, por confirmar). Se tira del árbol sin importarle la luz de mi linterna merodea de un lado a otro y yo estoy tan cerca que veo su pelaje claramente. Parece tener unas rosetas como las manchas de un jaguar, pero en miniatura. Pega un par de brincos y se desaparece cazando algo entre la maleza…

La tortuga vuelve al mar, iluminada por la rayería y yo me devuelvo muy contento, agradecido y feliz, para la casa.

Se intensifica la rayería al sur y sobre el mar, retumban algunos truenos. 

A lo lejos en el horizonte diminutas luces que aparentan estrellas caídas flotan en ultramar, los valientes pescadores…

Refrescado por la caminata, me metí a dormir adentro de la casa.

Me desperté a medianoche en medio de un vendaval. El saco de gangoche se agitaba furiosamente, amenazando con terminar de rasgarse y sacudía toda la van. Todo lo que no estaba amarrado estaba en peligro de irse con el viento. Abrí la puerta y vi como las hojas de palmera se doblaban en formas imposibles. La sillita iba rodando hacia el sur…

El vendaval era tremendo y una sensación de tormenta inminente es lo que se vivía. Sentí un par de gotas que me incitaron a actuar rápido, fue uno de esos momentos en los que uno sabe que en cuestión de segundos podría estar bajo la torrencial lluvia tropical. El aire estaba cargado de humedad pero el viento era tanto que podría haber sido agua que levantó del mar y traía sobre sus alas. 

Inmediatamente puse manos a la obra y metí toda la ropa del tendedero, y la maca con el mosquitero. Quitar la vela en que se había convertido el toldo de gangoche fue toda una batalla contra el viento y casi me la arranca de las manos tratando de doblarla, pero dejarla ahí afuera seguro hubiese sido su final, la rasgadura se le abrió más, pero la logré guardar y asegurar adentro. Por dicha había experimentado con otro sistema de anclaje para los nudos que me permitió quitarlo y arrollarlo un poco más rápido y ágilmente. Guardé la silla, todo estaba asegurado.

Aproveché y salí hacia la arena a un sitio más expuesto y en calzoncillos pude vivir toda la gloria del vendaval en un solo momento.

Luego me adentré en mi refugio, sellé bien la entrada y dormí como un lirón.

  • La tortuga era una Olive Ridley (Lepidochelis Olivacea), confirmada.
  • El felino era o un Ocelote o un Margay. Por los ojos pequeños y los hábitats el Margay queda casi descartado. No presté mayor atención a la longitud de la cola en mi inocencia y asombro, pero no me pareció especialmente coludo, y tampoco fue tan tímido como dicen es el Margay. Tal vez el que había visto en Matapalo era un Margay, ese estaba trepado en un árbol y me veía con ojos inmensos. El Margay parece ser el felino más difícil de avistar, probablemente era un Ocelote entonces. Ocelote. Confirmado.




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¡Visita!

Diarios del carrocasa

La próxima noche así me paso a dormir a la maca. 

Bella Marbella

2/5/19

La visita de Veto me llenó el corazón de alegría. ¡Qué bendición tener buena compañía! 

Hoy fui al outer reef amigable y desde el longbough rideando una ola vi la majestuosa y oscura silueta de un tiburón. Naturalmente me dio un boost de adrenalina y me recordó como todo cambia mar adentro.

¡Ahhhh! ¡Qué rico que se escribe con este lapicero! 

Ayer con Veto compartimos un atardecer glorioso y aunque las condiciones del surf no estaban ni cerca a perfectas (o nuestra idea fijada de estas) a la misma vez esa fue la perfección de la sesión; surfeamos solos, todo Marbella para nuestro disfrute. Post surf mientras caía la noche Veto invitó a unos deliciosos batidos de frutas frescas del Tiki Hut y yo hice una pasta con aceite de oliva, sal y pimienta. De postre comimos más canelitas de la Panadería Alemana calentadas al fuego del horno (en el yodo de la tarde ya nos habíamos comido unas). 

El Veto además me trajo grasa para ponerle a Junior y baterías con buena carga pal headlamp. 

Hoy le puse la grasa a la puerta corrediza (la principal) y Junior María parece cantar y la puerta bailar cuando la abro y la cierro y eso me alegra porque antes parecía llorar, chillar y gritar. Estoy muy feliz y agradecido por la visita de Veto. ¡Ah, y anoche también vimos a las chicharras salir de la tierra, escalar, romper su caparazón, crecer alas y salir volando a la negra noche!

Otra visita aunque no necesariamente a mí, pero compartimos bastante, fue la de Willy, el español de País Vasco. Jugamos ajedrez y ayer me dio unos limones a cambio de un par de cajas de leche pequeñas que yo andaba (¡regalo de los boricuas!). Hoy se animó a acompañarme en expedición a las profundidades y surfeó una ola en el outer reef amigable, muy alegre, luego siguió su camino hacia el sur.

Ayer la noche estuvo muy caliente y la verdad no dormí casi nada, por más que abrí cada vez más y más ventanas, pero bueno, gracias a eso me eché una gloriosa siesta hoy durante Los Calores

La próxima noche así me paso a dormir a la maca. 

Hoy hay más nubes que ayer y el onshore se metió más temprano. El viento ha empezado a rasgar el toldo de gangoche. Espero que aguante hasta el final del festival de yoga, y así será. 

Pura vida.

Hoy, viendo por mi ventana favorita me di cuenta de que el saco de gangoche blanco es la vela de mi velero. Estaba hinchado por el onshore y le puse un barquito de verde seaglass translúcido encima para ver si aguantaba el peso (el viento todavía era suave) y cuando lo sostuve pude comprender cómo era el viento el que estaba haciendo prácticamente levitar el seaglass. Lo puse, lo solté y simplemente se quedó flotando allí, montando el viento. Entonces fue que vi lo buena vela que es el saco de gangoche. Pienso arreglarlo para usarlo más y después quiero ver si puedo comprar una buena vela vieja de velero para ir haciendo la nueva vela/terraza.

Cocos Nucifera, gracias. Esta palmera me da todo lo que necesito. Le tiré unos cocos y pipas viejas encima al toldo de gangoche y ya puedo ver el mar otra vez por la ventana. Antes cuando se inflaba la vela con el viento me quedaba sin vista… 

White Winged Dove, avistada afuera por la puerta de atrás. Voy a verificar con el libro cuando en eso pasan corriendo Hunter y Canela; los doberman negro y café locales que patrullan la playa y se encargan de que no haya mucho pájaro parado en la arena y la paloma sale volando.

¡Oh! Hoyo Negro. Hoyo Negro. Hoyo Negro. Hoyo Negro detectado en el closet/bodega arriba adonde tengo guardadas un montón de mis cosas. En el negro centro de la funda de cuero de la llanta de repuesto encuentro, hundidos en el olvido, fuera de vista y fuera de mente, el libro de pájaros, la guía de mariposas, y la de vida salvaje general. No las había visto desde hace rato. En algún momento las puse ahí y como no se ven me había olvidado casi por completo de su existencia. Ahí habían quedado todos estos días; flotando en la inconsciencia del momento en  el que las puse ahí. 

El Hoyo Negro, un lugar perdido en el olvido, en el vacío, en el presente…

Confirmado el avistamiento de White Winged Dove/Zenaida Asiatica. Las patas rojas, banda/línea blanca en el ala y rara forma de ojo fueron determinantes en su identificación.


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Noche de rayería sobre el mar

Diarios del Carrocasa

1/5/19

Las tormentas están cada día más cerca…

El Paraíso

La noche estuvo un poco caliente dentro de la casa después de haberme sentado en la sillita. La llevé hasta la planicie de marea baja para ver la rayería refrescado por la brisa de tormenta. Esta empezó sobre la costa al sur y poco a poco se fue acercando para finalmente descargar mar adentro aquí enfrente sobre lo que pareciera ser el fondo del mar. Fue un espectáculo increíble que me devolvió a mi niñez, despertando en mí el recuerdo de la primera rayería que disfruté junto a mis padres en aquella vieja casa de verano que tenían mis abuelos en Puntarenas; La Perla del Pacifico… 

El festival de yoga sigue con todo. Parece que el rótulo que hice dibujando con viejos carbones de fogatas olvidadas sobre un antiguo madero de mar ha surtido efecto. Ayer llegaron a la clase dos muchachas extranjeras, gracias a la recomendación de un compa surfo conocido como Franthesurfer, y hoy llegaron 2 señores super tuanis que venían del restaurante donde me regalan el agua. Después de cada clase, llenos de arena y tierrita por el yoga salvaje, disfrutamos metiéndonos al mar que se encarga de completar y cerrar con broche de oro la limpia, renovación y despertar de cuerpo, mente y espíritu en cada uno de nosotros. Estoy muy alegre de estar vivo. Los dos días me he sentido gloriosamente feliz después de las clases; Satchitananda. *Me he sentido lo mejor que me he sentido en mucho tiempo, precisamente justo después de las clases de yoga, que han sido prácticas compartidas (yo también hago la mayoría de la clase mientras guío, excepto la parte restaurativa porque no alcanza la sombra y echarse sobre la arena hirviente no es para nada relajante). Creo que es cierto lo que dice Thich Nhat Hanh sobre amplificar los efectos o el poder del bien con prácticas y/o meditaciones compartidas. ¡Gloria a Dios! ¡Gracias Yoga! ¡Gracias Pachamama! ¡Gracias Vida! 

Hoy en la tarde viene Beto a visitar; ¡Gloria Eterna! ¡Pura Vida!

Es gracias al toldo blanco de gangoche que tengo sombra completa para ofrecer en las clases, a eso y todo lo demás, como las palmeras con su sombra variable, pero el toldo es un ayudante fiel (inesperadamente dado su estado de constante desintegración). También me di cuenta de que antes de un festival de yoga, si se puede, promete tomarse por lo menos un día para encontrar un buen lugar. Vale la pena ver cómo se mueven las sombras, hasta donde llegan las mareas y tomar en cuenta otros factores importantes como el paso de animales y peligros potenciales como las pipas que pueden caer de las palmeras… Bienvenida sea la paciencia y la observación antes de definir lugar y horario. Poco a poco, voy aprendiendo y creciendo. 

Claridad

Hoy hay mucho viento y nubes, todo está cambiando. El mismo aire está más fresco. Siento que pronto puede terminar este verano y me alegro por la vida que espera flemática pero necesitada la llegada de las lluvias así como espero yo la llegada de mi hermano…


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Sangre en el ojo

Diarios del Carrocasa

30/4/19

Se acercan las primeras tormentas…

Marbella, Guanacaste, Costa Rica

Ayer fui a la tienda y de una vez aproveché para rellenar agua. Fui después de la cena para abrir más espacio en el tanque de agua y aprovechar al máximo esta rellenada.

Hoy parece que puede venir tormenta. Se ve que está tronando sobre Guiones otra vez, pero aquí sigue sin caer una gota. Aquí sigue el verano.

Tit tit, tit tit, tit tit… Suena la alarma que me indica que la pasta está lista. Paro de escribir para comer. 

*Nota: Me salió una mancha roja en el ojo derecho, me di cuenta después de la siesta. Apenas la vi por vez primera me asusté bastante, pero luego de comprobar que todavía veía bien y no tenía dolor me calmé. Voy a tenerle el ojo puesto, pero espero que se vaya sola. Ahora sí que estoy con sangre en el ojo…


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Días calientes y noches estrelladas

Diarios del Carrocasa

29/04/19

¡Calor tremendo!

Marbella, Guanacaste, Costa Rica

Soplan vientos de todas partes, pero mayormente un offshore que mueve un aire caliente que me recuerda el calor en la India. Es como si alguien le abriera un horno encendido a uno en la cara…

¡Olas gloriosas!

Delicioso té chai. 

Lectura y mindfulness. 

También hay gloriosas brisas refrescantes de vez en cuando, que dan esperanza de vida y frescura. Todo pasa, así pasará este calor. 

En las horas de sol suave y en las noches me voy caminando a apear pipas tiernas; anaranjadas y verdes y la delicia y salvación son. Cuando tenga el machete podré agarrar más sazonas y hasta podré abrir las cafés, que están tan secas por fuera como dulces por dentro. Por ahora, vivo la gloria de la ternura. Creo que poco a poco me estoy convirtiendo en recolector y tal vez llegue a cazador y recolector pronto. 

¡Pura Vida!

El reloj marca las 13:33 y seguimos pegados a 40°C. En el otro lugar seguro me habría derretido. 

A puro descanso veo pasar las horas moviéndome lo menos posible hasta que al fin siento un cambio en el viento. ¡Bienvenido glorioso onshore, bienvenido el inicio de la tarde, hasta mañana Calores!

Hoy en la noche voy para la tienda, a reabastecer alimentos y agua de una vez. 

El plan al regresar es parquear mejor para poder poner el toldo de gangoche amarrado a unas palmeras para tener más sombra. De este modo pretendo agrandar la casa o al menos mi zona de vida, con una terracita protegida del furioso. Además espero que me sirva para poder dar clases de yoga. Es mi esperanza lograr sobrevivir 5 días sin tener que mover la casa porque inventé un festival de yoga para estos días y no quisiera tener que desarmar y volver a armar el toldo. Vamos a ver si dan las provisiones… Anoche me comí lo último de la pasta, y atún solo me queda uno que estará… quisiera decir buenísimo pero se ve un poco herrumbrado entonces mejor no digo nada. Ya veremos como estará. 

Espero con gran ilusión lograr encender la refri hoy, y con eso tener un poco más de tiempo para disfrutar las provisiones antes de que se transformen y ¿Por qué no? Darme un par de lujitos. ¡Mantequilla! ¡Ufff… tal vez tocineta! ¡Queso! La gloria eterna.

El arroz que me hice en la noche me salió lleno de abejones. No noté diferencia en el sabor. Deben ser bien nutritivos.

Cielos llenos de millones de estrellas. 

Noches despejadas en las que se puede ver todo el universo.




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Los calores

Diarios del carrocasa 

27/04/19

Hoy finalmente me pasé de lugar. Digo finalmente porque por alguna razón tiendo a esperar hasta que la situación sea insoportable para actuar.

Marbella, Guanacaste, Costa Rica

 

Pasé como una semana sufriendo Los Calores al puro sol, pero ¡ya no más! 

Me pasè a una linda sombra que había encontrado en mis exploraciones caminando, cerca del rancho abandonado. En el camino aproveché y de una vez rellené agua que me regalaron mis amigos de por ahí.

 Ahora es medio día y la casa está fresca como una lechuga. ¡Gracias gloriosas palmeras Cocos Nucifera! ॐ 

La sombra es tan buena que tuve que abrir las cortinas para tener más luz a la hora del almuerzo porque estaba un poco oscuro. sombra profunda. ¡Gloria a Dios! Esto nunca me pasó al puro sol del mediodía en el otro lugar de sombra variable. ¡Qué belleza aprender y vivir! Ya no me sudan los brazos y las manos dentro de la van. 

Ah, galletas de soda con atún :). Los placeres simples de la vida.

Me siento superbién, hasta me cambió el ánimo, esos calores me estaban matando y me tenían fúrico, pero también es gracias a Los Calores que ahora puedo realmente, o por lo menos más profundamente, apreciar la sombra. 

Poco a poco he aprendido a entregarme a la práctica del Yoga donde sea. Ando el mat ultraliviano, pero no lo uso para no ensuciarlo porque me da pereza lavarlo, la parte de abajo especialmente. Supongo que lo usaré si voy a un estudio con piso resbaloso, y si no, sentiré la madera y su textura. 

Tal vez por eso antes no se usaban, o por lo menos no se consideraban tan importantes las mantas (hoy en día los mats o esterillas), y definitivamente no se les consideraba indispensables para la práctica. Antes no había tantos pisos tan resbalosos como ahora. Probablemente es más peligrosa la práctica sobre una superficie moderna sin mat, que la misma práctica sobre cualquier superficie natural sin mat. Hemos creado superficies donde ahora necesitamos algo que antes no necesitábamos. De cierta forma nos hemos complicado la vida. Yo estoy a favor de la sombra y de construir una buena cabaña o un rancho o shala que proteja de los elementos y de ponerle un buen piso de madera con acabado lo más natural posible, como de teca por ejemplo. Se podría practicar en un deck de teca sin agregarle nada, su textura ya es perfecta y resiste a los elementos. 

No se puede mejorar la obra de la Madre Naturaleza. 

Poniéndole tintes de color o laca y barniz a otras maderas, tapamos su belleza en nuestro afán por preservar y congelar el paso del tiempo. Por alguna razón hay una tendencia a desear que las cosas se queden como son ahora para siempre. Pero no hay cantidad de barniz que pueda luchar contra la fuerza de la naturaleza o detener el paso del tiempo. El ciprés y la casuarina por ejemplo, tienen la misma perfección que la teca, puesto que la obra ha sido creada con la misma mano, por así decirlo, la artista es la misma; la Pachamama. Lo que pasa es que no lo vemos. Tomemos el caso del ciprés; aunque en mi opinión este, por anillos de crecimiento, y otros detalles, es igual o más hermoso que la Teca, no goza de la misma fama, ya que lo ahogamos en químicos, y por querer preservar su belleza por más tiempo del que dicta su perfecta naturaleza, nos lo perdemos por completo, y creamos algo que se ve artificial y además se vuelve muy resbaloso. 

¿Y qué tal si contemplamos el paso del tiempo y observamos el cambio maravillados, en vez de tratar de detenerlo en nuestra estresante batalla a contracorriente? ¿No es ese cambio lo bonito? La magia, el misterio de no saber qué va a pasar… 

Aburrido sería si nada cambiara y todo permaneciera siempre igual, pero parece que ese fuera nuestro sueño y obsesión, y por ello luchamos todos los días. El deck de ciprés bañado en sellador y cubierto con una brillante capa de barniz sigue en apariencia exactamente igual que el día que lo construiste. Todo sigue igual… ¡Pero no! Nada sigue igual, todo está cambiando, y seguirá cambiando sin importar cuánto barniz pongamos; si observamos con detenimiento, veremos el cambio. Si nos parece que nada cambia y todo sigue igual, no es que sea así, el cambio está ahí, en cada momento, cada instante, aunque no lo veamos. Pero verlo es una maravilla y quien no lo cree así pues que vaya a ver un atardecer o un amanecer lo antes posible. 

Hay en casi todas partes del mundo dos veces al día un evento, un cambio, en el que la magia es muy fácil de ver; el milagro ocurre en todo momento, pero en estos es muy obvio, y gratis. Disponible para todo público. Si tienen más tiempo también pueden ir a la costa, personalmente recomiendo una bahía. Pueden colgar su hamaca y quedarse ahí todo el día, viendo cómo se llena y se vacía con el ir y venir de las mareas; verán como un lugar puede ser dos, al cambiar tanto en un mismo día. Otra opción es pasar una noche contemplando la luna en su travesía por el cielo, o quedarse viendo las estrellas y ver cómo se va moviendo la bóveda celeste y al final de la noche sale una estrella gigante y atraviesa el cielo creando el día. 

¿Qué mejor forma de empezar el día que con un saludo al Sol, saludar al Padre cuando llega a la casa alegre de la Madre, nuestra Pachamama. “Saludo al Sol.” Voy a ver si empiezo mañana la semana del “Saludo al Sol…” 

*Claro está que es la rotación de la Tierra lo que crea esta ilusión de movimiento tanto del sol como la luna y la bóveda celeste, pero para efectos de notar el cambio no hace falta entrar en estos detalles.

—Volviendo a mi casita. Me hice una alfombra buenísima de hojas secas de palmera que me encontré en el nuevo lugar. Vamos a ver cómo me va. Espero con eso avanzar en la limpieza y el orden, expandiendo así un poco los límites del reino inspirado en el del viejo Tom Bombadil. 

¡Qué tan épico está esto maeee!

Estoy viviendo el sueño otra vez. ¿¿¿Gracias sombra??? Café, tostadas, miel de abeja y vista al punto nuevo de ola profunda. Tal vez voy ahora por la tarde con el longboard…

 La aventura a la ola de mar adentro resulta ser algo terrible y tremendo, mucho más de lo que esperaba… pero por dicha logré regresar sano y salvo y con la tabla intacta. Fue explorar lo desconocido; una primera misión a otra luna. *Lo tengo documentado en un cuadernito aparte, no sé por qué.

 Me encontré un buen lapicero azul en la playa, este mismo con el que estoy escribiendo. Su nombre es “Paper ♡♡ Mate 1.0M.” 

Tengo que unificar el log. Escribir todo en un mismo lugar y de ahí hacer selecciones. Esto de tantos logs es un desastre, pero un buen desastre, glorioso desastre. 

Hoy empezó el festival de Yoga y yo me entregué agradecido a una doble dosis de práctica y además de premio vi el amanecer. 

Creo haber descifrado otro misterio. Ahora mismo estoy viviendo Los Calores y el termómetro marca gloriosos 36°C, más o menos 5°C menos que en el viejo sitio. Igual es bien caliente, pero uno se puede relajar. 

Gracias a Lin Yutang, que explica “El arte de tenderse en la cama” en su libro La importancia de vivir, puedo dejar descansar por un momento la obsesión de autosuperación y tirarme en la cama. Ahhh, para esto son buenos Los Calores; para tirarse en la cama y no hacer nada. Soltar todo y contemplar. Percibir. Sentir la brisa. Escuchar los retumbos de las olas y el suave sonido de las hojas verdes de palmera haciéndose cosquillas entre ellas mientras pasa una hoja seca de almendro rodando sobre la arena. Canta un pájaro. Canta nuevamente. Rompe una ola, sopla el viento, brilla el sol. Bailan las sombras.

 ¡Qué delicia el té verde! 

Claridad.

*Notas: Buscar cuando vuelva a La Casona uno de los discos metálicos para poner incienso, la postal del Señor Shiva y el cuenco de la luna llena. Agarrar los cepillos metálicos que me regaló Amado. Esto es vital para poder trabajar la madera y crear artesanías en estos viajes…

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La paz está en la sombra

26/4/19

Diarios del Carrocasa

Marbella, Guanacaste, Costa Rica

Busqué en el manual y no encontré nada sobre cómo arreglar la puerta de atrás, pero me imagino que grasa o WD40 servirán, por ahí preguntaré…

La llanta trasera izquierda está un poco baja, la he monitoreado unos 2-3 días y me parece que ya se estabilizó, ojalá, gloria a Dios. Mi teoría es que debe tener un hueco o desperfecto muy minúsculo por donde solo se escapa el aire cuando esta tiene mucha presión. Ahora que ya se bajó un poco, espero que no se siga desinflando.

Los atardeceres y las estrellas por las noches han estado espectaculares. 

En las mañanas paso surfeando condiciones de ensueño; buenas olas y offshore. Hoy creo que me pegué un tubo, o por lo menos un techito. Estuvo riquísimo, el mar me bendijo con una izquierda perfecta y lo único que tuve que hacer fue lograr el drop bien tarde y mantener la línea sin caerme. La ola hizo casi todo. Muy agradecido.

Durante el día veo las mareas subir y bajar y me encanta. El paisaje se transforma constantemente frente a mis ojos. 

En las tardes a veces se mete el viento, pero en otras el surf se pone bueno. 

Junior cada vez más contento, dulce hogar. 

Durante “Los Calores” (lo peor es entre 10 am y 2 pm) el viento que viene del mar me mantiene fresco y vivo, ¡gloria a Dios! Esto es bastante alentador, poder sobrevivir al calor guanacasteco aún parqueado al puro sol, me llena de esperanza para futuras exploraciones.

Acabo de hacer jugo de naranja y fue glorioso. Cortarlas, exprimirlas y sacarle las semillas usando el coladorcito de Junior. Me lo tomé directo de la taza de vidrio de medir que también venía con Jr. y nunca había usado; la Fire King. Es más fácil tomarse el jugo de las naranjas que comérselas. Limpieza es necesaria en ambos casos, pero comerlas casi siempre lleva a la necesidad del hilo dental, entonces me parece más práctico tomarme el jugo. Usé la tablita blanca para picar y creo que de tablas estoy bien con las que hay. Tengo esta verde y una blanca que a veces uso para picar tomates. De cuchillos, buscando el mejor para partir naranjas encontré que la Opinel y el del pan se dan duro, pero me gusta usar la Opinel porque fue un regalo. Para cortar tomates el pequeño Forever Sharp no tiene rival, realmente es filoso y honra su nombre. Todo este análisis lo llevo a cabo con el fin de sacar lo que no es necesario para que no quite campo y al mismo tiempo darme cuenta de qué puede hacer falta para conseguirlo. Así pretendo poco a poco simplificar la vida en el camper. 

Tener acceso a agua y baños puede ser más importante de lo que esperaba, especialmente al agua. Pero la verdad estoy bien. Creo que la reserva integrada de agua me puede durar de 5 a 7 días ahorrando. En este ambiente de verano en Guana probablemente 5. Pulseándola mucho tal vez 7, pero sería apenas sobreviviendo, aplicando toques como el de enjuagar trastes en el mar y/o limpiar los platos con el pan y después comérselo. Voy a ver cuánto dura. Cuando se acabe, todavía me queda la reserva auxiliar de 6 litros en el botellón que me dejó Veto Rey; el famoso reservorio. Eso me dura un día entero según mis experiencias previas de acampada, tal vez un poco más si no queda otra, haciendo pasta con agua de mar. 

Ahorrar al extremo me pone muy serio. Agua, comida, electricidad, billete. Necesito generar. 

Creo que puedo resolver la escasez de electricidad con un panel solar. Agua la verdad es solo pedirla, pero igual tener un filtro prometería. Así podría irme a lugares realmente remotos y desolados y quedarme indefinidamente. Comida  puedo cargar bastante, pero el dilema son las frutas y verduras, que no se pongan malas. Vale la pena usar la neverita. En uno de mis primeros experimentos sin usarla (para ahorrar gas) vi las naranjas y una cebolla pasar muy rápido, como estrellas fugaces. Ahora estoy en una carrera contra el tiempo. Espero poder comerme todo antes de que se ponga malo, ya que tampoco cabe todo en la neverita, entonces metí solo lo que está más crítico. 

Al principio creí que usarla era solo un lujo para tomar cosas frías, ya que no ando carnes ni nada que realmente requiera refrigeración, pero en estos calores todo se pone malo el triple de rápido, entonces se vuelve realmente una necesidad a menos que uno quiera estar comprando frutas y verduras cada 3 días… Además funciona con gas, que es lo que más tengo en abundancia, y por dicha es relativamente barato, entonces creo que de ahora en adelante voy a usarla casi siempre.

Tengo demasiado calor. Creo que tal vez me quemé levemente hoy en la mañana, eso o el calor está inusualmente insoportable. Creo que me quemé, y me jodí, ahora no aguanto el calor, por no parquear en la sombra profunda… Sombra profunda; sombra durante “Los Calores,” eso es lo que necesito. En la mañana y en la tarde que me pegue el rico sol…

Orden de necesidades: Agua, comida, baño (natural o no), gas, electricidad, gasolina. 

*Sombra. Agregado el 29/4/19 14:12 pm a 40 grados celsius adentro de la casa*

Orden de abundancia: gas, comida, electricidad, agua, baño, gasolina.

Facilidad de conseguir: agua, comida, baño, gasolina, gas.

Por dicha me duché adonde mis compas, así me pude refrescar un poco con agua dulce para sobrevivir los calores y después me puse aceite de coco para apaciguar el fuego en mi piel. La verdad creo que de fijo me quemé, un poquito por lo menos, por estar pegado en esa corriente al final… Creo que lo ideal es surfear al amanecer y al atardecer, el resto del día promete estar en una buena sombra. *Si está épico puedo obviar esto y darle cuando sea poniéndome el bloqueador que ahorro porque al amanecer y atardecer no hace falta… Aquí vamos viendo “La importancia de la Sombra.” 

Estar al sol quema, consume mucha energía y agua, y desgasta, quema todo. No es que no se pueda hacer nada, solo que promete más hacerlo en la sombra.

“Buscando la sombra”

La paz está en la sombra…


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Jueves 18 de Abril 2019

Luna casi llena

Marbella, Guanacaste, Costa Rica

Anoche navegué a través de la oscuridad entre Tamarindo y Marbella. La calle de lastre estaba buena porque todavía no ha empezado a llover, pero los serruchos y meneos afectan mucho a Junior; vibraciones fuertes estremecen mi cerebro y se tambalea de un lado para otro toda la casa…

La paciencia y la ausencia de restricciones de tiempo ayudan a llevar un viaje que se siente eterno.

Volver a tener señal de radio también es la gloria eterna. (En Rajada no entraba la señal.)

En el camino los campos son planos y con gigantes árboles de Cenízaro y Guanacaste que proyectan su huella de sombra sobre el seco pasto. *Pequeñas y extrañas montañas o lomas salen de la planicie, como submarinos rompiendo superficie del agua. El ganado se baña apacible en la luz plateada y misteriosa de la luna, siempre en paz, siempre alerta. El grupo es una unidad, un solo animal con muchos ojos, puede ver en todas direcciones alrededor, y el centro puede descansar en la paz de que hay consciencia de lo que está pasando afuera. Cada individuo (jivatman) puede estar en paz porque sabe que otro, o el grupo (paramatman), colectivamente, le está cuidando la espalda. Nunca he encontrado ganado durmiendo, jamás en todas las veces que lo he encontrado a las altas horas de la noche (aún cuando he estado caminando solo y en silencio) siempre les encuentro o les veo y ellos ya me estaban viendo a mí desde quién sabe hace cuánto… Parece que no han perdido su instinto salvaje, tal vez los pumas y los jaguares les ayudan a mantenerse alerta.

Entro a la parte oscura bajo las copas de inmensos árboles que cubren el camino y de un pronto a otro, pierdo toda mi energía, como si la luz de luna hubiera sido lo único que me mantenía despierto. Mil veces estoy a punto de dormirme. Creo que voy bien pero de pronto me despierto cabeceando de un par de microsiestas que me llaman la atención. Lucho con todas mis fuerzas la batalla contra el sueño. En el momento en el que no puedo más orillo a Junior para sacar la cama y dormir ahí… pero apenas tengo la posibilidad de dormir sin peligro se me quita el sueño, entonces sigo el camino.

Cuando finalmente vuelvo a ver el mar la luna está bajo en el horizonte y empezando a transformar su luz blanca al amarillo, y hay un camino de plata en el mar sobre el agua hasta más allá del horizonte, hasta la luna, y de ahí al sol. (Comparar con Cuerpo-Tierra-Mente, Luna-Espíritu-Sol.) Sopla una una suave y fresca brisa offshore y hay olas; picos perfectos se levantan por doquier y parecen sostenerse por un instante, como suspendidos por el viento y la luz de la luna antes de que sus crestas alcen vuelo en un spray que se disipa y se disuelve en el aire hacia las estrellas. La gloria eterna. Gracias Junior. ¡Gracias todo! ¡Marbella, en todo su esplendor, a la luz de la luna en una función, un espectáculo de Semana Santa!

Mientras casi todos duermen, hay uno, que por suerte esta noche está despierto para ver la luna amarilla volverse anaranjada y casi roja al besar el mar y desaparecer en la oscuridad.   

En la bomba de Liberia rellené gasolina (tenía un poco más de medio tanque), 49 rojos. Revisé el aceite y el agua/coolant, todo O.K. Pero lo más glorioso fue rellenar/reabastecernos de agua. Tardé un gran rato, pero muy cómodo hacerlo en la bomba, debo también elegir bien el espacio en las “Waystations” o “Estaciones de servicio,” para rellenar aire, gasolina, agua y gas. Este último no lo he tenido que recargar desde la primera vez que lo llené. 

Ahhh :)… volver a tener agua es una gran alegría y facilita mucho la vida. Ya se me había acabado hasta la última gota de la botella y los calores del día estaban muy intensos. Tomé agua a gusto como camello en oasis y aproveché también para almorzar un Casado y comer ensalada y otras cosas que no ando ni me faltan creo, pero tal vez sí… el cuerpo lo pide y se lo doy. Devoro en el comedor del supermercado “Perimercados” y en la paz de después de alimentarme aprovecho para recorrer los pasillos desbordantes de víveres y muchas otras cosas y elijo con qué restockear mi alacena, mis reservas de alimentos. Mi dieta principalmente se basa en huevos, pasta, pan integral y fruta, con miel de abeja, aceite de oliva, té y café. Lujos del momento tengo la mantequilla fina NIKKOS que me regaló Beto desde Roca Bruja y unas galletas de jengibre que me regaló la maigre saliendo de la casa. Fruta suelo conseguir en el camino y me gusta mucho para “los calores” alrededor del medio día.

Recorrí la calle paralela a la playa un par de veces y encontré un lugar tuanis; vista al punto, justo frente al mar, en el borde de la arena dura. Bien nivelado y con sombras variables, buena sombra para la tarde y parcial durante la mañana. Al mediodía sí pasamos por el crisol de fuego, pero sin duda tengo más sombra que adonde nos habíamos atascado en la trampa de arena. “Esa terrible arena movediza” de Playa Rajada. 

Felizmente en la mañana voy a explorar y encuentro bonitos lugares naturales cerca pero no muy cerca para devolver a la naturaleza y entregarle mi regalo al suelo. Otra alegría es que ya tengo agua para lavar platos (había drenado los dos tubos y la bomba hasta la sequía absoluta) y ya no tengo que ir a lavarlos al mar (que es muy bonito, excepto si es durante “los calores” y además así no me rostiza el sol). Lavo los platos sucios, testigos de la sequía, y se siente muy bien “desacumular.” Poco a poco voy afinando todos los procesos y el de lavar es vital para ahorrar agua. Definitivamente he reducido mi consumo total de agua. Trato de usar solo lo necesario y de la forma más eficiente posible, a veces lavo casi en seco, sin sacrificar la limpieza. 

Ayer también compartí un rato con Dan adentro de la van con el longbough acompañándonos (lo ando adentro para que Junior sea más aerodinámico y así ahorrar gasolina, por el mundo y la billetera), muy cómodo igual, puedo visitar gente en el camino sin tener que sacar el longbough. Pasamos a la terraza porque no hay un cenicero, voy a hacer uno, o conseguirlo, Dan me recomienda usar un coco y me parece una idea genial. Las sillas altas/rectas sirven super bien para sacarlas y guardarlas fácil y rápido, aunque ni cerca en comodidad a los loungers de Eno Costa Rica.

Siento que el orden ha mejorado un poco en la bodega, creo que tener la palangana verde fuera de ahí ha ayudado. Antes se salía cada vez que abría la puerta. Poco a poco voy creando espacios. La caja de té que me regaló Prada es hermosa, pero no cabe casi en ninguna parte y donde cabe apenas puedo abrir la tapa para sacar un té, y no sé que hay después de las primeras dos filas porque no puedo levantar la tapa más  para ver y es bastante difícil sacar la caja, está atrapada y adentro los últimos tés están aún más atrapados. Cuando vaya a La Casona quiero probar algo diferente, en la casa la caja va a quedar perfecta y se usará mucho. Tal vez hay, o puedo hacer una adecuada a la van. Acomodo un poco la alacena y de fijo podría ordenar ahí, pero lo bueno es que caben las reservas de comida y creo que tengo para rato. Trato de tener siempre suficiente de lo básico para poderme ir unos 2-3 días sin tener que ir al super. También quiero pre-empacar una mochila para un strike mission como el de Roca Bruja, para estar listo sin tener que buscar cosas por todo lado. En la cocina está muy bien el orden, la bodega también. El resto está bien pero hay mucho desorden en el ático y los compartimientos inferiores, vuelvo a mencionar el de la alacena.

Recordando/regresando al tema de la “Estación de Servicio” y reabastecer. Me gustó poder reabastecer de todo lo que necesitaba, Agua-Gasolina, comida/víveres en una zona de menos de 3 cuadras y poder entrar y salir fácil y rápido de la ciudad. Sentía uno como que había “bajado de las montañas” o “subido adentrado de la costa,” regresando de los márgenes hacia el centro de la sociedad para reabastecer y volver a las exploraciones, hacia afuera y hacia adentro/el centro. El borde o margen externo de la sociedad y el centro del ser.

Estoy justo donde quiero estar, muy cerca de lo más cerca que podría estar sin meterme en el mar. Casi no quedan barreras que me separen del océano y las que quedan son sutiles o se empiezan a disipar.

En este momento creo que ni pagando podría encontrar un mejor lugar. 

Una botella o adaptarle un orinal a Jr. María podría ser épico.

Hoy me levanté y el papel higiénico estaba empapado. Después de una revisión más profunda pude identificar una pequeña fuga de agua en la tubería del lavatorio de atrás. Traté de arreglarla pero mis herramientas no dan. Intenté con cera y tampoco. Voy a buscar poco a poco las herramientas adecuadas para andar en la van. Intenté con más cera de la tabla, y aunque mejoró, la fuga seguía ahí. Todo lo que estaba ahí abajo quedó empapado. Lección: abajo de las tuberías solo guardar cosas que se puedan mojar.

¡Podría ponerle papel celofán a las luces para hacer la luz más compasiva para los ojos!

Al final lo que hice con la fuga de agua fue resolverla como pude; la traté como la gotera que es. Puse uno de los dos vasos que ando, el de plástico reutilizable, para recolectar el agua que gotea del tubo, con la ayuda del trapo viejo para cualquier pringue. Funciona muy bien, intento mantener la bomba de agua apagada porque se pierde la presión por la gotera. A veces se me olvida pero Junior me recuerda con un ruido cada vez en cuando. En la noche uso el agua recolectada de la gotera para tomar y lavarme los dientes. En el día igual está ahí para cualquier cosa, como un último traguito de agua antes de ir a surfear.

La puerta de atrás ya no ha querido abrir con la llave, solo desde adentro, esto es prioridad en los arreglos. ¿Tal vez si le pongo grasa o WD40? debo consultar el manual.




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Poca agua

Diarios del carrocasa

Me estoy quedando sin agua, mi tiempo aquí se está acabando… 

Playa Rajada en Semana Santa

Guanacaste, Costa Rica

Desde anoche empezó a toser agua el tubo. 

Queda poca agua…

Hoy empezando el día volví a lavar (realmente enjuagar, porque no usé jabón) trastes en el glorioso mar. Ahorro de agua y glorioso contacto con la naturaleza. Me sirvió bien la palangana verde. Lavé en la playa de a la par el cuarzo rosa que tengo en la cocina para llenar todas mis comidas de buenas vibras con su frecuencia incorruptible, para limpiar cualquier energía pesada que pudiera tener alrededor.

Después de desayunar se me acabó por completo el agua del tanque interno. Solo me quedan seis litros en el reservorio de Roca Bruja y lo que tengo en la botella. 

Ayer iba a cocinar la pasta con agua de mar, para ahorrar la potable, pero me fui al natural, a la luz de la luna, y cuando volví a la cocina había en el agua un bicho plateado que nadaba por todo lado. Con destellos parecía desaparecer en un lugar y aparecer en otro, como queriendo escapar. Brillaba… ¡Deslumbrando! Ojos de fuego.

La próxima vez me llevo el foco para revisar ahí mismo en el mar. 

Tuve que ir a devolverlo junto con el agua porque me dio lástima. Todavía tenía agua entonces no iba a matar bichos sin necesidad. Me imagino que aunque uno saque a los grandes, quedan otros chiquitillos que no se ven. Bueno, de hecho que estoy bastante seguro porque una vez había en descuento un libro de Visiones de este mundo, de National Geographic en la Librería Internacional de Moravia y lo abrí y vi adentro una imagen increíble con criaturas de todo tipo y leyendo me di cuenta de que eran todos los seres microscópicos que hay viviendo en una sola gota de agua de mar… 

Entonces, aunque en teoría a mí no me pasaría nada, porque después de colarle los bichos y devolverlos al mar, la dejaría hervir unos minutos para potabilizarla, todos esos seres diminutos que burlaron el colador perecerían, o se transformarían, y viendo lo rápido que se movía el grande plateado que había en la olla, me parece que tienen bastantes ganas de vivir y muy poquitas de transformarse por ahora.

Ayer trepé al mirador y la vista es espectacular. Es increíble cómo al subir un poco y cambiar el punto de vista, se reforma la idea que uno tiene del lugar, y la del tamaño del mar… desde un buen mirador se puede ver como casi todo es mar. Siempre me impresiona la inmensidad del océano comparada con la tierra, parece infinito…

Anoche desde la sillita viví esta escena. Por un momento, esto fue mi vida:

La luna tras las nubes y el cornizuelo.

La brisa.

El mar. 

Eno Costa Rica siempre me pega las salvadas, me brinda delicioso confort. La larga cuerda negra del Talon es el mejor tendedero que he conocido (me di cuenta en el viaje a Sudamérica poniendo tendedero en el aparta en Baires del primo de Yeibor.) Las sillas (loungers; SL para el calor y DL para el frío) son una delicia para sentarse a leer, escribir o simplemente contemplar el mar descansando su agua fría en la bahía. Los festy flags (banderines) alegran el jardín y al moverse con cualquier suave viento puedo usarlos como indicador para saber cuándo hay offshore, y la maca! Ahhh… 🙂 ¡La joya en en la corona! Primitiva, primordial, perfecta.

Recorriendo islas y miradores encontré hermosas joyas de la naturaleza; verdaderas obras de arte. Madera esculpida por once mil tormentas, por el sol y el viento y quién sabe qué más… por quién sabe cuánto tiempo… 

Uno me lo traje nadando de regreso a terra firma después de haberlo encontrado en la cumbre de la isla que bauticé Isla Don Gilber, adonde llegué escalando agarrado de los Flor Blanca que de alguna forma no solo sobreviven, sino que prosperan sobre la seca piedra café, suelta y quebradiza típica de Guanacaste. 

El otro lo encontré por los acantilados del mirador. Fui cuidadoso y me aseguré de que nada viviera en ellos antes de adoptarlos, o más bien recibirlos, ser adoptado por ellos. La naturaleza me ha dado estos regalos y creo que es para crear conciencia y recordar a la gente la belleza de lo natural. Madera. Abundante. Increíble. Cálida y gloriosa. 

Anoche antes de acostarme puse Playa Rajada en el mapa del abuelo, y también la “Isla Don Gilber.” Además agregué el puente del Tempisque, que en el mapa todavía no existía…

Volviendo al ahora:

Ahora sí que tengo que encontrar la forma de salir de aquí. 

Ya no tengo casi nada de agua entonces de verdad toca ver cómo desenterrar a Jr. María. Me pongo una camisa y gorra y voy determinado a encontrar alguien que tenga un 4×4 y una linga y que se apunte a ayudarme. Sudando voy a un campamento tras otro preguntando en cada uno que veo un carro 4×4. Rápidamente me doy cuenta de que la voluntad de la mayoría es más de quedarse relajados… Otros sí quieren ayudar pero no tienen linga y también me salió un señor que me dijo que él sí tenía linga, pero que no quería usarla porque según él “perdía la fuerza” y después no servía más… Los cuentos extraños de la gente… 

Sigo buscando, echando ojo a los carros que me parecen mejor equipados, pulseando el perfil de dueño fanático del 4×4 que se emocionaría por poder usar sus juguetes y al fin, después de muchos rechazos, encuentro un Hilux armado con bumpers ARB y toda la vara. 

—¿De quién es ese chuzo? —pregunto en el campamento— y se levantan orgullosos los dueños, quienes estaban sentados los dos bien cerca de una hielera llena de birras bajo un toldo blanco. 

Primero me saluda el pelón, y después el otro, pelón también, idéntico al primero la verdad… Me dicen que con gusto me ayudan pero que no tienen linga. Les digo mi dirección, bueno, señalo allá adonde se le ve el techo a Jr. y lo describo un poquito y me dicen que ya saben cuál es. 

Todo el mundo ya sabía cuál era cuando yo llegaba a pedirles ayuda. Jr. María siempre ha sido famoso. Es de esos carros que atrae gente dondequiera que vaya. Uno va a la bomba y la gente quiere saberlo todo: su historia, cómo es andar montado en ese chunche, adonde lo he llevado, adonde me ha llevado, adonde hemos ido… Bueno, pues esta es la historia, la que responde a todas esas preguntas; es así

Voy un toque al campamento de los camioneros. Están haciendo unos chicharrones que se ven deliciosos. Los saludo y les pregunto si tienen algo que me pueda servir para remolcar un toque a Jr. María. Ya no pregunto específicamente por una linga porque pienso que limita mis opciones. Por suerte me dicen que tienen una vieja cinta de amarrar carga y aunque trato de convencerlos de que no es necesario volarle cuchillo, diciéndoles que puedo traerla de regreso, le cortan un pedazo a una vieja cinta roja marca Diablo, me la dan, y les doy las gracias. 

Llega el Hilux de los gemelos, le meten la chancha, amarramos a Jr. María y por dicha sale suavemente. Sorprendentemente fácil. Una buena sorpresa. 

Agradezco a los idénticos y en eso veo que se les ilumina la cara y ¡me dicen mi apellido! Yo me quedo muy sorprendido y me dicen que ellos estaban en la U conmigo, y ya me acuerdo. 

¡Qué increíble! Ya habiéndonos reconocido hablamos paja un rato y coordinamos un yoga para después, pero al final nunca llegan… 

Paso un momento al campamento de los camioneros a devolverles el pedazo de cinta y se muestran muy alegres de que me haya servido. Para cerrar con broche de oro me regalan un pedazo de salchichón para el camino. ¡Gloria eterna, las sorpresas de la vida!

Con nostalgia me despido de la comunidad (vecinos) y abro camino.



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#2


El viejo mapa del abuelo


Diarios del carrocasa

Me desperté y me entregué por completo a la experiencia, acepté a la gente, y a mí mismo. 

Playa Rajada en Semana Santa

Guanacaste, Costa Rica

El lugar es increíble.

Hay mucha, mucha, mucha gente. Toda la playa está llena de tiendas de campaña e incluso hay carros casa de todo tipo; desde los pequeños como Jr. María hasta los inmensos como un Tioga que se instaló al final de la playa. Este último es una tremenda mansión. Una vez aparcado se expande, con varios cuartos que le salen hacia los lados, aire acondicionado, terraza, ducha, patio y quién sabe qué más adentro…  

La comunidad que aquí se junta todos los años en Semana Santa es como decir la que se junta en Envision o cualquier festival de esos de varios días. Hay mucha gente por conocer y muchas cosas que aprender. Todo el mundo tiene sus diferentes toques y estilos. Hay los viejos sabios y los nuevos aprendices. Veo toques como el de mi vecino don Gilber, quien va y vuelve del mar con una cubeta para mojar la arena alrededor de su zona de estar poco antes de que caliente demasiado el furioso sol guanacasteco, para poder sobrevivir. 

Presto mucha atención a ese toque de mojar la arena para que no levante tanto el hornazo durante los calores y al medio día, cuando me estoy derritiendo de calor en medio del fiero fuego guanacasteco, acerco la mano al borde de la sombra y puedo sentir el calor que irradia la arena y veo las gotitas de sudor brotar en mi brazo… 

Hay toldos, tiendas, hamacas y hasta hay familias que andan baños. Los baños se ven increíbles, con una delgada tela se forma un pequeño santuario de privacidad para poder hacer las necesidades en cualquier momento. Son un gran lujo. Yo en cambio tengo que buscar las horas en las que todos duermen o ir a los lugares más inhóspitos, adonde nadie llega. Poco a poco he ajustado mi reloj biológico para descargar al amanecer y muy alegre estoy. 

Esta mañana fue diferente, probé algo nuevo.

Usé el toldo azul para liberar un venado atrás de la van porque no me daba tiempo de caminar tan lejos, hasta donde ya no hubiera gente. El toldo venía con Jr. y nunca lo había usado. Es gigante, podría servir para sombra, hasta para clase de yoga tal vez… Agarré también un palo largo que vive debajo del sillón de la sala y aunque no me gusta como se ve ahí, lo llevo a todas partes porque el antiguo dueño me dijo que servía perfecto para sostener abiertas las puertas de atrás y crear un espacio privado poniendo el toldo azul que servía hasta para bañarse… 

Este será mi bañito, como los que vi por ahí… mi propia isla de paz y privacidad, un toque más amplio eso sí, pero ya me lo estoy imaginando bien prometedor y tranquilo.

Fue algo así:

***

Abro las puertas de atrás y trato de acomodar el palo para mantenerlas así, pero por más que lo intento no encuentro la forma de prensarlo bien, me parece que es demasiado corto… Lo pongo a como puedo porque el venado ya quiere salir y en lo que estoy acuclillado haciendo mis necesidades un ventolero repentino se trata de llevar el toldo entero al cielo, haciendo un escándalo y pegándome un gran susto, dejándome totalmente expuesto por un instante eterno hasta que con un estironazo incómodo lo logro agarrar y aunque chueco y desacomodado, me queda tapando de la cintura para abajo. 

Vuelvo a ver para todas partes y por dicha parece que nadie vio nada. De hecho no parece haber nadie despierto, esa es la magia de despertarse temprano, nadie alrededor, gloria al glorioso. ¡Me salvé! pienso feliz de la vida, cuando en eso mi mirada queda posada en algo tan quieto como un viejo tronco guanacasteco y veo que tiene dos ojos cafés que me miran fijamente el alma. 

La abuela de los vecinos, camuflada en la quietud de la temprana mañana, me mira con chispas en sus ojos. Se ve muy alegre y estoy seguro de que no se ríe por fuera solo porque está paralizada, pero se está riendo por dentro a carcajadas. Claramente vio todo… Le doy una sonrisa cómplice y un saludo silencioso antes de retirarme agachado de nuevo a las profundidades azules del toldo confiando en que ese sería nuestro secreto.

Entierro bien profundo el regalo y lo tapo con arena. La palita es muy cómoda, es un chuzo, me alegra usarla. 

***

Por dicha era temprano y no había gente, pero de fijo no fue muy tranquilo el rato. 

El día siguiente en la tarde (martes 15 de abril) quería soltar otro venado y con tal de no usar el toldo azul (tal fue el trauma), intenté usar el blanco de gangoche (este no lo he vuelto a usar desde la primera vez o primer viaje mejor dicho). Logré prensar mejor las puertas pero el toldo de gangoche se está deshaciendo y hay demasiado viento y sol y calor.

Decidí soltarlo adentro con el toque que me dijeron de la bolsa en el Porta Potti 265/(baño interno). 

¡Ahhh, qué relajación, qué privacidad, qué calor! 

Puedo disfrutar la liberación en paz.

Cuando estrené el Porta Potti en el Irazú para no congelarme saliendo a orinar me alegré mucho, y ahora otra vez mucho me alegré al usarlo. Lástima todas las bolsas de papel que dejé en la casa que había guardado del pan… 

¡El bañito! ¡La gloria eterna! ¡Gracias paciencia por ayudarme a esperar y no dejarme sacarlo apresuradamente cuando pensé que nunca lo usaría! La salvada que me pegó. Es muy valioso.




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