
Esas llantas nunca se imaginaron adonde iban a terminar…
No he encontrado en el mundo, lugar como Atitlán. El agua descansa, reposando entre volcanes. El viento se levanta a veces por las tardes, y el lago se pone furioso como el mar... Cada vez que llego, no puedo creerlo; la magia del lugar...
«El lago más hermoso del mundo»
Alexander von Humboldt, explorador y naturalista alemán