Soplan vientos de todas partes, pero mayormente un offshore que mueve un aire caliente que me recuerda el calor en la India. Es como si alguien le abriera un horno encendido a uno en la cara…
¡Olas gloriosas!
Delicioso té chai.
Lectura y mindfulness.
También hay gloriosas brisas refrescantes de vez en cuando, que dan esperanza de vida y frescura. Todo pasa, así pasará este calor.
En las horas de sol suave y en las noches me voy caminando a apear pipas tiernas; anaranjadas y verdes y la delicia y salvación son. Cuando tenga el machete podré agarrar más sazonas y hasta podré abrir las cafés, que están tan secas por fuera como dulces por dentro. Por ahora, vivo la gloria de la ternura. Creo que poco a poco me estoy convirtiendo en recolector y tal vez llegue a cazador y recolector pronto.
¡Pura Vida!
El reloj marca las 13:33 y seguimos pegados a 40°C. En el otro lugar seguro me habría derretido.
A puro descanso veo pasar las horas moviéndome lo menos posible hasta que al fin siento un cambio en el viento. ¡Bienvenido glorioso onshore, bienvenido el inicio de la tarde, hasta mañana Calores!
Hoy en la noche voy para la tienda, a reabastecer alimentos y agua de una vez.
El plan al regresar es parquear mejor para poder poner el toldo de gangoche amarrado a unas palmeras para tener más sombra. De este modo pretendo agrandar la casa o al menos mi zona de vida, con una terracita protegida del furioso. Además espero que me sirva para poder dar clases de yoga. Es mi esperanza lograr sobrevivir 5 días sin tener que mover la casa porque inventé un festival de yoga para estos días y no quisiera tener que desarmar y volver a armar el toldo. Vamos a ver si dan las provisiones… Anoche me comí lo último de la pasta, y atún solo me queda uno que estará… quisiera decir buenísimo pero se ve un poco herrumbrado entonces mejor no digo nada. Ya veremos como estará.
Espero con gran ilusión lograr encender la refri hoy, y con eso tener un poco más de tiempo para disfrutar las provisiones antes de que se transformen y ¿Por qué no? Darme un par de lujitos. ¡Mantequilla! ¡Ufff… tal vez tocineta! ¡Queso! La gloria eterna.
El arroz que me hice en la noche me salió lleno de abejones. No noté diferencia en el sabor. Deben ser bien nutritivos.
Cielos llenos de millones de estrellas.
Noches despejadas en las que se puede ver todo el universo.
Quiero apoyar el proyecto Diarios del Carrocasa
¡Gracias por leer!
Todo aporte será eternamente agradecido
Hoy finalmente me pasé de lugar. Digo finalmente porque por alguna razón tiendo a esperar hasta que la situación sea insoportable para actuar.
Marbella, Guanacaste, Costa Rica
Pasé como una semana sufriendo Los Calores al puro sol, pero ¡ya no más!
Me pasè a una linda sombra que había encontrado en mis exploraciones caminando, cerca del rancho abandonado. En el camino aproveché y de una vez rellené agua que me regalaron mis amigos de por ahí.
Ahora es medio día y la casa está fresca como una lechuga. ¡Gracias gloriosas palmeras Cocos Nucifera! ॐ
La sombra es tan buena que tuve que abrir las cortinas para tener más luz a la hora del almuerzo porque estaba un poco oscuro. sombra profunda. ¡Gloria a Dios! Esto nunca me pasó al puro sol del mediodía en el otro lugar de sombra variable. ¡Qué belleza aprender y vivir! Ya no me sudan los brazos y las manos dentro de la van.
Ah, galletas de soda con atún :). Los placeres simples de la vida.
Me siento superbién, hasta me cambió el ánimo, esos calores me estaban matando y me tenían fúrico, pero también es gracias a Los Calores que ahora puedo realmente, o por lo menos más profundamente, apreciar la sombra.
Poco a poco he aprendido a entregarme a la práctica del Yoga donde sea. Ando el mat ultraliviano, pero no lo uso para no ensuciarlo porque me da pereza lavarlo, la parte de abajo especialmente. Supongo que lo usaré si voy a un estudio con piso resbaloso, y si no, sentiré la madera y su textura.
Tal vez por eso antes no se usaban, o por lo menos no se consideraban tan importantes las mantas (hoy en día los mats o esterillas), y definitivamente no se les consideraba indispensables para la práctica. Antes no había tantos pisos tan resbalosos como ahora. Probablemente es más peligrosa la práctica sobre una superficie moderna sin mat, que la misma práctica sobre cualquier superficie natural sin mat. Hemos creado superficies donde ahora necesitamos algo que antes no necesitábamos. De cierta forma nos hemos complicado la vida. Yo estoy a favor de la sombra y de construir una buena cabaña o un rancho o shala que proteja de los elementos y de ponerle un buen piso de madera con acabado lo más natural posible, como de teca por ejemplo. Se podría practicar en un deck de teca sin agregarle nada, su textura ya es perfecta y resiste a los elementos.
No se puede mejorar la obra de la Madre Naturaleza.
Poniéndole tintes de color o laca y barniz a otras maderas, tapamos su belleza en nuestro afán por preservar y congelar el paso del tiempo. Por alguna razón hay una tendencia a desear que las cosas se queden como son ahora para siempre. Pero no hay cantidad de barniz que pueda luchar contra la fuerza de la naturaleza o detener el paso del tiempo. El ciprés y la casuarina por ejemplo, tienen la misma perfección que la teca, puesto que la obra ha sido creada con la misma mano, por así decirlo, la artista es la misma; la Pachamama. Lo que pasa es que no lo vemos. Tomemos el caso del ciprés; aunque en mi opinión este, por anillos de crecimiento, y otros detalles, es igual o más hermoso que la Teca, no goza de la misma fama, ya que lo ahogamos en químicos, y por querer preservar su belleza por más tiempo del que dicta su perfecta naturaleza, nos lo perdemos por completo, y creamos algo que se ve artificial y además se vuelve muy resbaloso.
¿Y qué tal si contemplamos el paso del tiempo y observamos el cambio maravillados, en vez de tratar de detenerlo en nuestra estresante batalla a contracorriente? ¿No es ese cambio lo bonito? La magia, el misterio de no saber qué va a pasar…
Aburrido sería si nada cambiara y todo permaneciera siempre igual, pero parece que ese fuera nuestro sueño y obsesión, y por ello luchamos todos los días. El deck de ciprés bañado en sellador y cubierto con una brillante capa de barniz sigue en apariencia exactamente igual que el día que lo construiste. Todo sigue igual… ¡Pero no! Nada sigue igual, todo está cambiando, y seguirá cambiando sin importar cuánto barniz pongamos; si observamos con detenimiento, veremos el cambio. Si nos parece que nada cambia y todo sigue igual, no es que sea así, el cambio está ahí, en cada momento, cada instante, aunque no lo veamos. Pero verlo es una maravilla y quien no lo cree así pues que vaya a ver un atardecer o un amanecer lo antes posible.
Hay en casi todas partes del mundo dos veces al día un evento, un cambio, en el que la magia es muy fácil de ver; el milagro ocurre en todo momento, pero en estos es muy obvio, y gratis. Disponible para todo público. Si tienen más tiempo también pueden ir a la costa, personalmente recomiendo una bahía. Pueden colgar su hamaca y quedarse ahí todo el día, viendo cómo se llena y se vacía con el ir y venir de las mareas; verán como un lugar puede ser dos, al cambiar tanto en un mismo día. Otra opción es pasar una noche contemplando la luna en su travesía por el cielo, o quedarse viendo las estrellas y ver cómo se va moviendo la bóveda celeste y al final de la noche sale una estrella gigante y atraviesa el cielo creando el día.
¿Qué mejor forma de empezar el día que con un saludo al Sol, saludar al Padre cuando llega a la casa alegre de la Madre, nuestra Pachamama. “Saludo al Sol.” Voy a ver si empiezo mañana la semana del “Saludo al Sol…”
*Claro está que es la rotación de la Tierra lo que crea esta ilusión de movimiento tanto del sol como la luna y la bóveda celeste, pero para efectos de notar el cambio no hace falta entrar en estos detalles.
—Volviendo a mi casita. Me hice una alfombra buenísima de hojas secas de palmera que me encontré en el nuevo lugar. Vamos a ver cómo me va. Espero con eso avanzar en la limpieza y el orden, expandiendo así un poco los límites del reino inspirado en el del viejo Tom Bombadil.
¡Qué tan épico está esto maeee!
Estoy viviendo el sueño otra vez. ¿¿¿Gracias sombra??? Café, tostadas, miel de abeja y vista al punto nuevo de ola profunda. Tal vez voy ahora por la tarde con el longboard…
La aventura a la ola de mar adentro resulta ser algo terrible y tremendo, mucho más de lo que esperaba… pero por dicha logré regresar sano y salvo y con la tabla intacta. Fue explorar lo desconocido; una primera misión a otra luna. *Lo tengo documentado en un cuadernito aparte, no sé por qué.
Me encontré un buen lapicero azul en la playa, este mismo con el que estoy escribiendo. Su nombre es “Paper ♡♡ Mate 1.0M.”
Tengo que unificar el log. Escribir todo en un mismo lugar y de ahí hacer selecciones. Esto de tantos logs es un desastre, pero un buen desastre, glorioso desastre.
Hoy empezó el festival de Yoga y yo me entregué agradecido a una doble dosis de práctica y además de premio vi el amanecer.
Creo haber descifrado otro misterio. Ahora mismo estoy viviendo Los Calores y el termómetro marca gloriosos 36°C, más o menos 5°C menos que en el viejo sitio. Igual es bien caliente, pero uno se puede relajar.
Gracias a Lin Yutang, que explica “El arte de tenderse en la cama” en su libro La importancia de vivir, puedo dejar descansar por un momento la obsesión de autosuperación y tirarme en la cama. Ahhh, para esto son buenos Los Calores; para tirarse en la cama y no hacer nada. Soltar todo y contemplar. Percibir. Sentir la brisa. Escuchar los retumbos de las olas y el suave sonido de las hojas verdes de palmera haciéndose cosquillas entre ellas mientras pasa una hoja seca de almendro rodando sobre la arena. Canta un pájaro. Canta nuevamente. Rompe una ola, sopla el viento, brilla el sol. Bailan las sombras.
¡Qué delicia el té verde!
Claridad.
*Notas: Buscar cuando vuelva a La Casona uno de los discos metálicos para poner incienso, la postal del Señor Shiva y el cuenco de la luna llena. Agarrar los cepillos metálicos que me regaló Amado. Esto es vital para poder trabajar la madera y crear artesanías en estos viajes…
Quiero aportar al proyecto chicobonanza
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Pura vida
Anoche navegué a través de la oscuridad entre Tamarindo y Marbella. La calle de lastre estaba buena porque todavía no ha empezado a llover, pero los serruchos y meneos afectan mucho a Junior; vibraciones fuertes estremecen mi cerebro y se tambalea de un lado para otro toda la casa…
La paciencia y la ausencia de restricciones de tiempo ayudan a llevar un viaje que se siente eterno.
Volver a tener señal de radio también es la gloria eterna. (En Rajada no entraba la señal.)
En el camino los campos son planos y con gigantes árboles de Cenízaro y Guanacaste que proyectan su huella de sombra sobre el seco pasto. *Pequeñas y extrañas montañas o lomas salen de la planicie, como submarinos rompiendo superficie del agua. El ganado se baña apacible en la luz plateada y misteriosa de la luna, siempre en paz, siempre alerta. El grupo es una unidad, un solo animal con muchos ojos, puede ver en todas direcciones alrededor, y el centro puede descansar en la paz de que hay consciencia de lo que está pasando afuera. Cada individuo (jivatman) puede estar en paz porque sabe que otro, o el grupo (paramatman), colectivamente, le está cuidando la espalda. Nunca he encontrado ganado durmiendo, jamás en todas las veces que lo he encontrado a las altas horas de la noche (aún cuando he estado caminando solo y en silencio) siempre les encuentro o les veo y ellos ya me estaban viendo a mí desde quién sabe hace cuánto… Parece que no han perdido su instinto salvaje, tal vez los pumas y los jaguares les ayudan a mantenerse alerta.
Entro a la parte oscura bajo las copas de inmensos árboles que cubren el camino y de un pronto a otro, pierdo toda mi energía, como si la luz de luna hubiera sido lo único que me mantenía despierto. Mil veces estoy a punto de dormirme. Creo que voy bien pero de pronto me despierto cabeceando de un par de microsiestas que me llaman la atención. Lucho con todas mis fuerzas la batalla contra el sueño. En el momento en el que no puedo más orillo a Junior para sacar la cama y dormir ahí… pero apenas tengo la posibilidad de dormir sin peligro se me quita el sueño, entonces sigo el camino.
Cuando finalmente vuelvo a ver el mar la luna está bajo en el horizonte y empezando a transformar su luz blanca al amarillo, y hay un camino de plata en el mar sobre el agua hasta más allá del horizonte, hasta la luna, y de ahí al sol. (Comparar con Cuerpo-Tierra-Mente, Luna-Espíritu-Sol.) Sopla una una suave y fresca brisa offshore y hay olas; picos perfectos se levantan por doquier y parecen sostenerse por un instante, como suspendidos por el viento y la luz de la luna antes de que sus crestas alcen vuelo en un spray que se disipa y se disuelve en el aire hacia las estrellas. La gloria eterna. Gracias Junior. ¡Gracias todo! ¡Marbella, en todo su esplendor, a la luz de la luna en una función, un espectáculo de Semana Santa!
Mientras casi todos duermen, hay uno, que por suerte esta noche está despierto para ver la luna amarilla volverse anaranjada y casi roja al besar el mar y desaparecer en la oscuridad.
—En la bomba de Liberia rellené gasolina (tenía un poco más de medio tanque), 49 rojos. Revisé el aceite y el agua/coolant, todo O.K. Pero lo más glorioso fue rellenar/reabastecernos de agua. Tardé un gran rato, pero muy cómodo hacerlo en la bomba, debo también elegir bien el espacio en las “Waystations” o “Estaciones de servicio,” para rellenar aire, gasolina, agua y gas. Este último no lo he tenido que recargar desde la primera vez que lo llené.
Ahhh :)… volver a tener agua es una gran alegría y facilita mucho la vida. Ya se me había acabado hasta la última gota de la botella y los calores del día estaban muy intensos. Tomé agua a gusto como camello en oasis y aproveché también para almorzar un Casado y comer ensalada y otras cosas que no ando ni me faltan creo, pero tal vez sí… el cuerpo lo pide y se lo doy. Devoro en el comedor del supermercado “Perimercados” y en la paz de después de alimentarme aprovecho para recorrer los pasillos desbordantes de víveres y muchas otras cosas y elijo con qué restockear mi alacena, mis reservas de alimentos. Mi dieta principalmente se basa en huevos, pasta, pan integral y fruta, con miel de abeja, aceite de oliva, té y café. Lujos del momento tengo la mantequilla fina NIKKOS que me regaló Beto desde Roca Bruja y unas galletas de jengibre que me regaló la maigre saliendo de la casa. Fruta suelo conseguir en el camino y me gusta mucho para “los calores” alrededor del medio día.
Recorrí la calle paralela a la playa un par de veces y encontré un lugar tuanis; vista al punto, justo frente al mar, en el borde de la arena dura. Bien nivelado y con sombras variables, buena sombra para la tarde y parcial durante la mañana. Al mediodía sí pasamos por el crisol de fuego, pero sin duda tengo más sombra que adonde nos habíamos atascado en la trampa de arena. “Esa terrible arena movediza” de Playa Rajada.
Felizmente en la mañana voy a explorar y encuentro bonitos lugares naturales cerca pero no muy cerca para devolver a la naturaleza y entregarle mi regalo al suelo. Otra alegría es que ya tengo agua para lavar platos (había drenado los dos tubos y la bomba hasta la sequía absoluta) y ya no tengo que ir a lavarlos al mar (que es muy bonito, excepto si es durante “los calores” y además así no me rostiza el sol). Lavo los platos sucios, testigos de la sequía, y se siente muy bien “desacumular.” Poco a poco voy afinando todos los procesos y el de lavar es vital para ahorrar agua. Definitivamente he reducido mi consumo total de agua. Trato de usar solo lo necesario y de la forma más eficiente posible, a veces lavo casi en seco, sin sacrificar la limpieza.
Ayer también compartí un rato con Dan adentro de la van con el longbough acompañándonos (lo ando adentro para que Junior sea más aerodinámico y así ahorrar gasolina, por el mundo y la billetera), muy cómodo igual, puedo visitar gente en el camino sin tener que sacar el longbough. Pasamos a la terraza porque no hay un cenicero, voy a hacer uno, o conseguirlo, Dan me recomienda usar un coco y me parece una idea genial. Las sillas altas/rectas sirven super bien para sacarlas y guardarlas fácil y rápido, aunque ni cerca en comodidad a los loungers de Eno Costa Rica.
Siento que el orden ha mejorado un poco en la bodega, creo que tener la palangana verde fuera de ahí ha ayudado. Antes se salía cada vez que abría la puerta. Poco a poco voy creando espacios. La caja de té que me regaló Prada es hermosa, pero no cabe casi en ninguna parte y donde cabe apenas puedo abrir la tapa para sacar un té, y no sé que hay después de las primeras dos filas porque no puedo levantar la tapa más para ver y es bastante difícil sacar la caja, está atrapada y adentro los últimos tés están aún más atrapados. Cuando vaya a La Casona quiero probar algo diferente, en la casa la caja va a quedar perfecta y se usará mucho. Tal vez hay, o puedo hacer una adecuada a la van. Acomodo un poco la alacena y de fijo podría ordenar ahí, pero lo bueno es que caben las reservas de comida y creo que tengo para rato. Trato de tener siempre suficiente de lo básico para poderme ir unos 2-3 días sin tener que ir al super. También quiero pre-empacar una mochila para un strike mission como el de Roca Bruja, para estar listo sin tener que buscar cosas por todo lado. En la cocina está muy bien el orden, la bodega también. El resto está bien pero hay mucho desorden en el ático y los compartimientos inferiores, vuelvo a mencionar el de la alacena.
Recordando/regresando al tema de la “Estación de Servicio” y reabastecer. Me gustó poder reabastecer de todo lo que necesitaba, Agua-Gasolina, comida/víveres en una zona de menos de 3 cuadras y poder entrar y salir fácil y rápido de la ciudad. Sentía uno como que había “bajado de las montañas” o “subido adentrado de la costa,” regresando de los márgenes hacia el centro de la sociedad para reabastecer y volver a las exploraciones, hacia afuera y hacia adentro/el centro. El borde o margen externo de la sociedad y el centro del ser.
Estoy justo donde quiero estar, muy cerca de lo más cerca que podría estar sin meterme en el mar. Casi no quedan barreras que me separen del océano y las que quedan son sutiles o se empiezan a disipar.
En este momento creo que ni pagando podría encontrar un mejor lugar.
Una botella o adaptarle un orinal a Jr. María podría ser épico.
Hoy me levanté y el papel higiénico estaba empapado. Después de una revisión más profunda pude identificar una pequeña fuga de agua en la tubería del lavatorio de atrás. Traté de arreglarla pero mis herramientas no dan. Intenté con cera y tampoco. Voy a buscar poco a poco las herramientas adecuadas para andar en la van. Intenté con más cera de la tabla, y aunque mejoró, la fuga seguía ahí. Todo lo que estaba ahí abajo quedó empapado. Lección: abajo de las tuberías solo guardar cosas que se puedan mojar.
¡Podría ponerle papel celofán a las luces para hacer la luz más compasiva para los ojos!
Al final lo que hice con la fuga de agua fue resolverla como pude; la traté como la gotera que es. Puse uno de los dos vasos que ando, el de plástico reutilizable, para recolectar el agua que gotea del tubo, con la ayuda del trapo viejo para cualquier pringue. Funciona muy bien, intento mantener la bomba de agua apagada porque se pierde la presión por la gotera. A veces se me olvida pero Junior me recuerda con un ruido cada vez en cuando. En la noche uso el agua recolectada de la gotera para tomar y lavarme los dientes. En el día igual está ahí para cualquier cosa, como un último traguito de agua antes de ir a surfear.
La puerta de atrás ya no ha querido abrir con la llave, solo desde adentro, esto es prioridad en los arreglos. ¿Tal vez si le pongo grasa o WD40? debo consultar el manual.
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¡Muchas gracias!
Me estoy quedando sin agua, mi tiempo aquí se está acabando…
Playa Rajada en Semana Santa
Guanacaste, Costa Rica
Desde anoche empezó a toser agua el tubo.
Queda poca agua…
Hoy empezando el día volví a lavar (realmente enjuagar, porque no usé jabón) trastes en el glorioso mar. Ahorro de agua y glorioso contacto con la naturaleza. Me sirvió bien la palangana verde. Lavé en la playa de a la par el cuarzo rosa que tengo en la cocina para llenar todas mis comidas de buenas vibras con su frecuencia incorruptible, para limpiar cualquier energía pesada que pudiera tener alrededor.
Después de desayunar se me acabó por completo el agua del tanque interno. Solo me quedan seis litros en el reservorio de Roca Bruja y lo que tengo en la botella.
Ayer iba a cocinar la pasta con agua de mar, para ahorrar la potable, pero me fui al natural, a la luz de la luna, y cuando volví a la cocina había en el agua un bicho plateado que nadaba por todo lado. Con destellos parecía desaparecer en un lugar y aparecer en otro, como queriendo escapar. Brillaba…¡Deslumbrando! Ojos de fuego.
La próxima vez me llevo el foco para revisar ahí mismo en el mar.
Tuve que ir a devolverlo junto con el agua porque me dio lástima. Todavía tenía agua entonces no iba a matar bichos sin necesidad. Me imagino que aunque uno saque a los grandes, quedan otros chiquitillos que no se ven. Bueno, de hecho que estoy bastante seguro porque una vez había en descuento un libro de Visiones de este mundo, de National Geographic en la Librería Internacional de Moravia y lo abrí y vi adentro una imagen increíble con criaturas de todo tipo y leyendo me di cuenta de que eran todos los seres microscópicos que hay viviendo en una sola gota de agua de mar…
Entonces, aunque en teoría a mí no me pasaría nada, porque después de colarle los bichos y devolverlos al mar, la dejaría hervir unos minutos para potabilizarla, todos esos seres diminutos que burlaron el colador perecerían, o se transformarían, y viendo lo rápido que se movía el grande plateado que había en la olla, me parece que tienen bastantes ganas de vivir y muy poquitas de transformarse por ahora.
Ayer trepé al mirador y la vista es espectacular. Es increíble cómo al subir un poco y cambiar el punto de vista, se reforma la idea que uno tiene del lugar, y la del tamaño del mar… desde un buen mirador se puede ver como casi todo es mar. Siempre me impresiona la inmensidad del océano comparada con la tierra, parece infinito…
Anoche desde la sillita viví esta escena. Por un momento, esto fue mi vida:
La luna tras las nubes y el cornizuelo.
La brisa.
El mar.
Eno Costa Rica siempre me pega las salvadas, me brinda delicioso confort. La larga cuerda negra del Talon es el mejor tendedero que he conocido (me di cuenta en el viaje a Sudamérica poniendo tendedero en el aparta en Baires del primo de Yeibor.) Las sillas (loungers; SL para el calor y DL para el frío) son una delicia para sentarse a leer, escribir o simplemente contemplar el mar descansando su agua fría en la bahía. Los festy flags (banderines) alegran el jardín y al moverse con cualquier suave viento puedo usarlos como indicador para saber cuándo hay offshore, y la maca! Ahhh… 🙂 ¡La joya en en la corona! Primitiva, primordial, perfecta.
Recorriendo islas y miradores encontré hermosas joyas de la naturaleza; verdaderas obras de arte. Madera esculpida por once mil tormentas, por el sol y el viento y quién sabe qué más… por quién sabe cuánto tiempo…
Uno me lo traje nadando de regreso a terra firma después de haberlo encontrado en la cumbre de la isla que bauticé Isla Don Gilber, adonde llegué escalando agarrado de los Flor Blanca que de alguna forma no solo sobreviven, sino que prosperan sobre la seca piedra café, suelta y quebradiza típica de Guanacaste.
El otro lo encontré por los acantilados del mirador. Fui cuidadoso y me aseguré de que nada viviera en ellos antes de adoptarlos, o más bien recibirlos, ser adoptado por ellos. La naturaleza me ha dado estos regalos y creo que es para crear conciencia y recordar a la gente la belleza de lo natural. Madera. Abundante. Increíble. Cálida y gloriosa.
Anoche antes de acostarme puse Playa Rajada en el mapa del abuelo, y también la “Isla Don Gilber.” Además agregué el puente del Tempisque, que en el mapa todavía no existía…
Volviendo al ahora:
Ahora sí que tengo que encontrar la forma de salir de aquí.
Ya no tengo casi nada de agua entonces de verdad toca ver cómo desenterrar a Jr. María. Me pongo una camisa y gorra y voy determinado a encontrar alguien que tenga un 4×4 y una linga y que se apunte a ayudarme. Sudando voy a un campamento tras otro preguntando en cada uno que veo un carro 4×4. Rápidamente me doy cuenta de que la voluntad de la mayoría es más de quedarse relajados… Otros sí quieren ayudar pero no tienen linga y también me salió un señor que me dijo que él sí tenía linga, pero que no quería usarla porque según él “perdía la fuerza” y después no servía más… Los cuentos extraños de la gente…
Sigo buscando, echando ojo a los carros que me parecen mejor equipados, pulseando el perfil de dueño fanático del 4×4 que se emocionaría por poder usar sus juguetes y al fin, después de muchos rechazos, encuentro un Hilux armado con bumpers ARB y toda la vara.
—¿De quién es ese chuzo? —pregunto en el campamento— y se levantan orgullosos los dueños, quienes estaban sentados los dos bien cerca de una hielera llena de birras bajo un toldo blanco.
Primero me saluda el pelón, y después el otro, pelón también, idéntico al primero la verdad… Me dicen que con gusto me ayudan pero que no tienen linga. Les digo mi dirección, bueno, señalo allá adonde se le ve el techo a Jr. y lo describo un poquito y me dicen que ya saben cuál es.
Todo el mundo ya sabía cuál era cuando yo llegaba a pedirles ayuda. Jr. María siempre ha sido famoso. Es de esos carros que atrae gente dondequiera que vaya. Uno va a la bomba y la gente quiere saberlo todo: su historia, cómo es andar montado en ese chunche, adonde lo he llevado, adonde me ha llevado, adonde hemos ido… Bueno, pues esta es la historia, la que responde a todas esas preguntas; es así.
Voy un toque al campamento de los camioneros. Están haciendo unos chicharrones que se ven deliciosos. Los saludo y les pregunto si tienen algo que me pueda servir para remolcar un toque a Jr. María. Ya no pregunto específicamente por una linga porque pienso que limita mis opciones. Por suerte me dicen que tienen una vieja cinta de amarrar carga y aunque trato de convencerlos de que no es necesario volarle cuchillo, diciéndoles que puedo traerla de regreso, le cortan un pedazo a una vieja cinta roja marca Diablo, me la dan, y les doy las gracias.
Llega el Hilux de los gemelos, le meten la chancha, amarramos a Jr. María y por dicha sale suavemente. Sorprendentemente fácil. Una buena sorpresa.
Agradezco a los idénticos y en eso veo que se les ilumina la cara y ¡me dicen mi apellido! Yo me quedo muy sorprendido y me dicen que ellos estaban en la U conmigo, y ya me acuerdo.
¡Qué increíble! Ya habiéndonos reconocido hablamos paja un rato y coordinamos un yoga para después, pero al final nunca llegan…
Paso un momento al campamento de los camioneros a devolverles el pedazo de cinta y se muestran muy alegres de que me haya servido. Para cerrar con broche de oro me regalan un pedazo de salchichón para el camino. ¡Gloria eterna, las sorpresas de la vida!
Con nostalgia me despido de la comunidad (vecinos) y abro camino.
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¡Pura vida y muchas gracias!
Me desperté y me entregué por completo a la experiencia, acepté a la gente, y a mí mismo.
Playa Rajada en Semana Santa
Guanacaste, Costa Rica
El lugar es increíble.
Hay mucha, mucha, mucha gente. Toda la playa está llena de tiendas de campaña e incluso hay carros casa de todo tipo; desde los pequeños como Jr. María hasta los inmensos como un Tioga que se instaló al final de la playa. Este último es una tremenda mansión. Una vez aparcado se expande, con varios cuartos que le salen hacia los lados, aire acondicionado, terraza, ducha, patio y quién sabe qué más adentro…
La comunidad que aquí se junta todos los años en Semana Santa es como decir la que se junta en Envision o cualquier festival de esos de varios días. Hay mucha gente por conocer y muchas cosas que aprender. Todo el mundo tiene sus diferentes toques y estilos. Hay los viejos sabios y los nuevos aprendices. Veo toques como el de mi vecino don Gilber, quien va y vuelve del mar con una cubeta para mojar la arena alrededor de su zona de estar poco antes de que caliente demasiado el furioso sol guanacasteco, para poder sobrevivir.
Presto mucha atención a ese toque de mojar la arena para que no levante tanto el hornazo durante los calores y al medio día, cuando me estoy derritiendo de calor en medio del fiero fuego guanacasteco, acerco la mano al borde de la sombra y puedo sentir el calor que irradia la arena y veo las gotitas de sudor brotar en mi brazo…
Hay toldos, tiendas, hamacas y hasta hay familias que andan baños. Los baños se ven increíbles, con una delgada tela se forma un pequeño santuario de privacidad para poder hacer las necesidades en cualquier momento. Son un gran lujo. Yo en cambio tengo que buscar las horas en las que todos duermen o ir a los lugares más inhóspitos, adonde nadie llega. Poco a poco he ajustado mi reloj biológico para descargar al amanecer y muy alegre estoy.
Esta mañana fue diferente, probé algo nuevo.
Usé el toldo azul para liberar un venado atrás de la van porque no me daba tiempo de caminar tan lejos, hasta donde ya no hubiera gente. El toldo venía con Jr. y nunca lo había usado. Es gigante, podría servir para sombra, hasta para clase de yoga tal vez… Agarré también un palo largo que vive debajo del sillón de la sala y aunque no me gusta como se ve ahí, lo llevo a todas partes porque el antiguo dueño me dijo que servía perfecto para sostener abiertas las puertas de atrás y crear un espacio privado poniendo el toldo azul que servía hasta para bañarse…
Este será mi bañito, como los que vi por ahí…mi propia isla de paz y privacidad, un toque más amplio eso sí, pero ya me lo estoy imaginando bien prometedor y tranquilo.
Fue algo así:
***
Abro las puertas de atrás y trato de acomodar el palo para mantenerlas así, pero por más que lo intento no encuentro la forma de prensarlo bien, me parece que es demasiado corto… Lo pongo a como puedo porque el venado ya quiere salir y en lo que estoy acuclillado haciendo mis necesidades un ventolero repentino se trata de llevar el toldo entero al cielo, haciendo un escándalo y pegándome un gran susto, dejándome totalmente expuesto por un instante eterno hasta que con un estironazo incómodo lo logro agarrar y aunque chueco y desacomodado, me queda tapando de la cintura para abajo.
Vuelvo a ver para todas partes y por dicha parece que nadie vio nada. De hecho no parece haber nadie despierto, esa es la magia de despertarse temprano, nadie alrededor, gloria al glorioso. ¡Me salvé! pienso feliz de la vida, cuando en eso mi mirada queda posada en algo tan quieto como un viejo tronco guanacasteco y veo que tiene dos ojos cafés que me miran fijamente el alma.
La abuela de los vecinos, camuflada en la quietud de la temprana mañana, me mira con chispas en sus ojos. Se ve muy alegre y estoy seguro de que no se ríe por fuera solo porque está paralizada, pero se está riendo por dentro a carcajadas. Claramente vio todo… Le doy una sonrisa cómplice y un saludo silencioso antes de retirarme agachado de nuevo a las profundidades azules del toldo confiando en que ese sería nuestro secreto.
Entierro bien profundo el regalo y lo tapo con arena. La palita es muy cómoda, es un chuzo, me alegra usarla.
***
Por dicha era temprano y no había gente, pero de fijo no fue muy tranquilo el rato.
El día siguiente en la tarde (martes 15 de abril) quería soltar otro venado y con tal de no usar el toldo azul (tal fue el trauma), intenté usar el blanco de gangoche (este no lo he vuelto a usar desde la primera vez o primer viaje mejor dicho). Logré prensar mejor las puertas pero el toldo de gangoche se está deshaciendo y hay demasiado viento y sol y calor.
Decidí soltarlo adentro con el toque que me dijeron de la bolsa en el Porta Potti 265/(baño interno).
¡Ahhh, qué relajación, qué privacidad, qué calor!
Puedo disfrutar la liberación en paz.
Cuando estrené el Porta Potti en el Irazú para no congelarme saliendo a orinar me alegré mucho, y ahora otra vez mucho me alegré al usarlo. Lástima todas las bolsas de papel que dejé en la casa que había guardado del pan…
¡El bañito! ¡La gloria eterna! ¡Gracias paciencia por ayudarme a esperar y no dejarme sacarlo apresuradamente cuando pensé que nunca lo usaría! La salvada que me pegó. Es muy valioso.
Apoyo al Diario, a la magia, a los sueños… al arte.
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Ahora que tengo tiempo me pongo a escribir algunos recuerdos del camino entre Esterillos y Rajada. He aquí un breve recuento de los días que se perdieron en el diario; los días perdidos…
Saliendo de Esterillos usé por primera vez el sistema de los chorritos de agua y los limpiavidrios. El sistema sirve muy bien y logré abrir una ventana de claridad en la capa de polvo que ya empieza a cubrir todo el camper por fuera, y ahora que veo el dash, también un poco por dentro…
Ojos en el camino, voy hacia Guanacaste, buscando llegar eventualmente a la mítica Playa Rajada de las leyendas de la gente. La misma que me recomendó Karsten en el primer café que compartimos en Jr.
Voy pasando por el puente, veo olas en La Boca y con gusto aprovecho para hacer una parada técnica. Una parada de surfing gloria eterna con el longboard en el spot clásico.
Surf. Comer. Seguir.
De Barranca a Santa Rosa me agarró una lluvia fuerte en el camino. Los limpiavidrios funcionan bien en sus dos velocidades. Jr María estaba siendo bañado por la Pachamama. ¡Muchas gracias Pachamama! El aguacero era tan fuerte que tuve que cerrar las ventanas y me dí cuenta de que hay que tener mucho cuidado si se pretende cerrar la ventana del copiloto mientras uno va manejando, pero es posible. Estrené también el aire y me di cuenta de que realmente solo es abanico, pero funciona bien. Se puede poner que salga en los pies o por el parabrisas, que es el que uso para desempañar y poder seguir el camino. Combinando esto con un trapo veo que no habrá problemas de visibilidad. Recuerdo el rainx del abuelo.Sería tuanis andar uno en Jr... Pero ahorita no ando trapo ni rainx y no quiero parar, entonces uso una media que tenía metida en el zapato debajo del asiento para limpiar el vidrio. Me sorprendo al ver que todo funciona tan bien. Me alegran este tipo de sorpresas. Este Junior de verdad es una bendición.
En algún punto descubrí en la bodega (debajo del sillón de la sala) el cedazo de la ventana lateral, y debo decir que es una delicia dormir con esa y la de arriba abiertas con cedazos; fresco y sin mosquitos, purrujas y otros bichos que pican. Este nuevo cedazo queda apenas puesto, por el lado de afuera. Por dicha el longboard ayuda un poco a sostenerlo en su lugar, pero no queda muy estable. A veces se cae… se cae con solo tocarlo, o con un viento fuerte, a veces hasta se cae solo… y hay que salir para recogerlo y volverlo a poner y no es mi favorito ese procedimiento. Quiero buscar una forma de poder ponerlo bien asegurado, ojalá por el lado de adentro. Parece que lo que había para eso se rompió hace años…
Fui a Santa Rosa, llegué de noche y dormí arriba, en la pura magia guanacasteca.
En la mañana desayuné temprano y fui a patinar en el otro longboard (el viejo Neversummer), con los venados que andaban tranquilos al lado de la calle. Disfruté bastante mientras esperaba el arribo de Veto Rey.
Me alegra tanto ver a Veto.
Dejamos a Jr. arriba y bajamos en el Sapo 4×4 hasta el campamento de Playa Naranjo. Ahí armamos nuestro campamento con hamacas, toldos y sillas, todo Eno, a cachete.
Hacemos todo lo posible a todas horas por agarrar buenas olas, pero hay un viento no favorable siempre que lo intentamos. Igual gozamos. Disfrutamos un surf trip de hermanos y en la madrugada vemos las huellas de pumas y jaguares y luego seguimos unas de tortuga que se cruzaban con las de un jaguar y había señas de encuentro y no había huellas de regreso al mar de la tortuga…
Seguimos el rastro por la arena hasta una maleza revolcada y ahí es cuando lo vemos: el hombro inmenso con rosetas y luego la redonda punta del rabo y en un movimiento desaparece… ¡En un abrir y cerrar de ojos vimos al Jaguar! Nos volvemos a ver incrédulos. Sin palabras. Fue un avistamiento inesperado y rápido, muy bonito. Nos alejamos en silencio igual que como llegamos, agarramos nuestras tablas que habíamos dejado en la arena y seguimos caminando hacia el surfing al amanecer frente a la Roca Bruja.
Nos convertimos en parte de un paisaje espectacular.
*El día anterior habíamos estado estudiando otras huellas que nos habíamos encontrado por el manglar y vimos en los libros y en la arena las claras diferencias entre las huellas de cada uno. Huellas de Puma y Jaguar. Confirmado. ¡Gracias Parques Nacionales!
Post surf trip volvemos a subir a la otra parte del parque, donde Veto me deja de regreso en la casa y me regala un botellón de los que habíamos llevado; un buen receptáculo para seis litros de agua que más adelante se llegaría a llamar el reservorio.
Abro las puertas y por dicha encuentro todo muy bien en el hogar.
De ahí emprendí viaje a Rajada, y ahora sigo aquí, recordando viejos tiempos…
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Estoy en Playa Rajada, sentado frente al mar en la terraza de Junior, con los pies en la arena…
Diarios del Carrocasa
Primer Log
Norte Guanacasteco, Costa Rica
14 Abril 2019
El paisaje es increíble.
El agua está helada y llena de medusas.
Cielo azul.
Encontré el lugar perfecto para vivir unos días. No puedo salir. La arena estaba mucho más suelta de lo que pensé y nos quedamos pegados mientras nos acomodábamos. Quedé con Junior María encallado diagonal al mar, en medio de unos árboles enroscados que no dan casi nada de sombra, con la puerta principal abriendo hacia el gran océano, por suerte.
Intenté con troncos y con un tablón que me dio un señor de bigote blanco y pelo igual.
Intenté menearlo.
Intenté hacerle carriles con la palita.
*Por cierto, es la primera vez que la uso y escarba muy bien.
Sin embargo la arena parece movediza y no nos deja salir, entre más lo intento más enterrados quedamos y ya estamos casi encima de una tienda de campaña… Esto tiene que parar. Mejor tomar café. Ya veremos cómo salimos de aquí…
Lo bueno es que acabo de ir a comprar huevos y que estamos pegados en el lugar perfecto, ya no hay nada más que decidir; ¡ni aunque quiera nos podemos ir!
Solo queda entregarnos a la aventura y al suave fluir.
Esta noche dormiremos enterrados en la arena.
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Diarios del Carrocasa fue escrito originalmente a mano in situ, fresco. Luego fue pasado «a máquina» para compartir el viaje con el mundo. Gracias por apoyar este tipo de proyectos.
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Javi
Amanece todo empapado y gris, pero todo sigue aquí… La tormenta dejó una sombra de silencio en la que los pájaros olvidaron cantarle al amanecer… ¿O será que no ha amanecido, y me le adelanté al alba en mi emoción de un nuevo día?
Diarios del carrocasa
Primer log
Pacífico Central, Costa Rica, 2019
La ventana de arriba
Me despierto en la mañana sintiéndome un poco desnivelado y cuando me bajo a darle la vuelta a Jr. veo que el vochillo estilo escarabajo extraño sigue ahí, y que tengo una de las llantas un poco baja.
Está bajísima la verdad, pero tengo que llegar pronto a donde Mainor para ir a chequear el surfing, entonces creo que sí aguanta, aunque sea para llegar a la bomba y echarle más aire… porque no hay tiempo de cambiarla.
Llego justo a tiempo para la exploración.
Montamos tablas, agarramos unos bananos, y con café en mano echamos pal camino.
Nos vamos por los caminos de las olas hasta topar mar.
Una y otra vez lo volvemos a intentar.
Hasta que al fin lo encontramos.
Justo donde empezamos.
Épica sesión de surf en Esterillos.
Gloriosa vida compartida en la casa en Hermosa con guitarras y cajones.
Mágica naturaleza en el camino a las pozas de montaña con Juana y Mainor y los congos que pasaron a saludar.
Pozas de agua dulce.
Bosque.
Paz.
Deliciosas comidas y pura buena vibra.
ॐ
Un par de noches gloriosas en comunidad con familiares del surfing.
Dormí profundamente en la tranquilidad de la compañía conocida.
De alguna forma logré llegar a Esterillos sin derretirme por completo, pero casi… podría haber llenado varias botellas con todo lo que sudé.
En el camino hice un par de consultas para saber qué tan peligroso es pernoctar aquí y al final decidí jugármela.
Ya es casi el final de la tarde y hay buenas olas bajo un cielo tormentoso. No hay tiempo que perder. Dejo a Jr. bien parqueado al borde de un abismo que da al mar, saco el Longbough, cierro todo y entro al agua.
Las olas están buenas y no hay casi nadie en el agua. Me voy hasta el puro fondo y espero las bombas que vi desde afuera.
Agradecido de estar en el agua vuelvo a ver a la tierra y cuando veo que ahí está mi casita casi no lo puedo creer, me pone muy contento esta situación.
Poseidón me manda regalos y me voy surfeando feliz, conectando secciones casi hasta la casa una y otra vez hasta que finalmente ya no queda nadie en el agua y prácticamente no se ve nada. En ese momento clásico y tenebroso en el que uno queda solo con la oscuridad decido agarrar una última y me voy surfeando casi ciego hasta salir frente a Jr. María.
Monto el tablón en la percha con doble candado y saco el paño para secarme en el banquito frente al mar. Ya viéndolo desde afuera estoy feliz de estar en tierra firme, viene una tormenta de altamar y el cielo aquí arriba está a punto de reventar. Antes de terminar de secarme se alza un viento furioso que viene sin duda como precursor de la tormenta de mar adentro. Vuelvo a ver todo alrededor y no hay nadie por ninguna parte, el lugar está desolado. Toda la gente, y hasta los animales se han refugiado en algún lado, ni un pájaro se ve.
Queda solo el silencio y el vacío antes del estallido.
Un poste de luz solitario enciende su luz y le da la bienvenida oficial a la noche.
Empiezan a caer las primeras gotas; goterones inmensos y fríos se estrellan contra mi piel salada como balazos celestiales.
Me pongo las chanclas, le doy una vuelta a la casa para ver que todo esté en orden, echo un último vistazo al horizonte y me encierro en mi guarida.
Inmediatamente se raja el cielo al mismo tiempo que llega la tormenta de ultramar. Escucho el diluvio caer sobre el techo de fibra de vidrio y me encanta, suena delicioso. Las ráfagas de viento y lluvia azotan el costado frente al mar y se menea toda la casa. Un rayo ilumina todo por un instante y deja todo más oscuro que nunca. El trueno sacude las tinieblas. Mis adentros se acomodan de un susto con el profundo rugido y los retumbos se mezclan encaramados unos sobre otros en un tronar sin parar… Me asomo por la ventana para ver los rayos que caen en el mar a través de la lámina de agua que baja por el vidrio y siento la tormenta agarrando cada vez más fuerza.
Vuelvo a cerrar las cortinas muy agradecido de tener un buen refugio y en ese momento me doy cuenta de que esta noche nadie me va a molestar, la tormenta sería mi bendición.
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Esta vez llené gasolina y agua en la bomba. Es lo mejor, muy fácil y práctico cargar agua ahí, así se hace todo de una sola bestia. Al fin entiendo por qué se le llama estación de servicio, y me encanta. Aprovecho para revisar la presión de las llantas (incluyendo la de repuesto), aceite de caja y motor, agua del radiador y demás. También saco el rato para compartir las buenas vibras con todo aquel que se enamora de Jr., hasta que compartimos también el asombro y el dolor de ver como le entran más de 100 litros de gasolina… pero le encanta y merece su chineo.
¡Aprovecharé hasta la última gota!
Salí con la comida que tenía, sin huevos, pero con un tarro de vidrio lleno de buena granola hecha en casa y suficiente comida para unos días. Además ando estrenando el quickpash que nos salva de tener que parar y volver a empezar en los peajes de la 27 y es lo máximo. Contribuye a mantener el suave flow en carretera y eso ayuda mucho a la hora de ahorrar combustible. ¡Gracias a la Maigre por la granola y el quickpash!
Es muy, muy, bastante caliente manejar a través de los calores que abrazan el medio día y cuando me detengo es un horno total. De ley hay que llevar la ventana abierta, y la del copiloto también para que fluya un poco el aire y sea posible sobrevivir…
Tragos pa Jr. María
¡Invitá a Jr. María a un traguito de gasolina!
*si lo querés emborrachar dale sin miedo; tiene tremendo aguante…
¡Pura vida!