Ni un paso fuera de El Camino 

A veces tengo suerte y lo veo claramente, como una luz imposible de perder. Me parece tan obvio y eterno que me confío y de repente, en algún momento me distraigo y lo pierdo nuevamente… otra vez la desoladora oscuridad, sin idea de dónde quedó El Camino Dorado. 

Estar perdido me obliga a buscar con más ganas, y la profundidad de esas mismas tinieblas me permite (una vez que los ojos del alma se han ajustado) ver las luces más tenues. Luces que antes no veía. 

Hay luz escondida en el centro de la gente, y de mí mismo. 

He encontrado tantas sorpresas en lugares inesperados. Claridad que brota de lo oscuro. He sufrido tanto sin sentido, pensando que me he salido de El Camino… He sido tan ciego, a los regalos de la vida… 

Cada vez que me he perdido, me he encontrado con más fuerza. 

La noche hace brillar el día. 

El camino no siempre se verá dorado; pero que no deslumbre no significa que se ha acabado…

Más allá del miedo, está la vida.

¡Bon voyage mis estimados!











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El silencio del domingo

Suena el viento fresco viajando entre los árboles.

Cerca del río, la lluvia cae suavemente sobre los cafetales. 

Arriba, las copas de los viejos sabios gotean sabiduría del cielo hacia la tierra.

Décadas enteras se esconden en sus troncos llenos de bromelias…

Los inmensos poró gigantes 1 resguardan la vida.


Sigue cayendo una lluvia suave y tranquila, casi como una nevada relajada, de esas que amortiguan o cancelan todos los otros sonidos.


Una manta sagrada protege al domingo de la amenaza de las máquinas escandalosas y el corre corre endemoniado del esclavizante entre semana. 


La magia ancestral, Durga 2, feroz y cariñosa, abriga al silencio y a la naturaleza; a la paz.


Gloria al agua, 

la lluvia cae cada vez más fuerte, 

apacigua hasta las palabras, letras, conceptos, todo… 

Nirvana 3



 1 Erythrina poeppigiana

2 Una de las muchas manifestaciones de la diosa madre de todo el universo.

3 La cesación, la extinción de todo sufrimiento


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¿Qué hacer, qué hacer?

En cualquier momento todo se puede derrumbar; sueños, ideales, acumulación material, ilusiones, castillos y fortalezas, esperanzas, todo se cae. Especialmente si se ha hecho un esfuerzo en contra de la naturaleza para construirlos o sostenerlas, eso es lo que cae primero, lo más falso de lo falso, lo antinatural.

Lo único que encuentro que no se puede derrumbar es el presente, quizás porque parece que se construye y se derrumba a cada momento, pero realmente permanece intacto. El único lugar y momento; ahora.

Entonces: ¿qué hacer, qué hacer? Buena pregunta, ni idea la verdad, aunque tal vez un poquito. Vivir el presente y no pensarlo mucho, ver como cambia y se sostiene solo. No perderse en ilusiones ni vivir en castillos de arena, soltar el control y maravillarse con ver adonde nos lleva este elefante…

Saludos

Los tiempos terribles

Años y años de pandemia… Guerra… Horrores…

Pero la vida continúa, por lo menos hasta ahora, siempre ha encontrado una manera.

En medio de los horrores surgen ángeles entre los demonios. Ángeles de todo tipo que vienen de este mismo mundo. Porque aquí cada uno decide qué quiere ser, y hay los que no tienen miedo, o lo enfrentan, y luchan por ser parte del mundo en el que quieren vivir. 

Un mundo en donde los árboles tienen sus derechos y los sabios más viejos son patrimonio.

Un día alguien se dio cuenta que vale más la pena rescatar árboles que edificios. Pareciera tan obvio… pues los árboles están vivos y hacen del mundo un lugar mejor.

En este mundo lo que vale es la vida, y no el dinero.

Un dos tres, el mundo se va a acabar

El mundo se va a acabar. No en el sentido trágico de fin del mundo como lo conocemos, (aunque tal vez sí), sino en el sentido de tu mundo, tu mundo se va a acabar, ya se está acabando. 

Todo lo que conocés va cambiando y podés comprobarlo mirando hacia atrás y viendo cómo el mundo en el que vivías ya no existe. Todo cambia, se transforma. La gente viene y va, los momentos, la vida… 

A veces vivimos como si tuviéramos todo el tiempo del universo, como si todo fuera a permanecer justo como está, esperándonos y dándonos oportunidades eternas… Tanto así que a veces no hacemos nada, y las dejamos pasar. Las dejamos pasar solo para darnos cuenta justo cuando ya es demasiado tarde; eran oportunidades únicas, pasaron y ya no están… 

Irrepetibles. 

Pero tal vez así tenía que ser, para que pudiéramos abrirnos a la magia de la existencia, de este momento, este ahora, que no volverá jamás.