Volcán Batur, Indonesia
Recién llegado al hostal todos me dicen que subieron el volcán y que debería de hacerlo. Yo que hoy me levanté temprano para ver el amanecer, pensaba dormir largo y tendido, y pasar metido en las aguas termales día y noche.
Pero…
Nunca me he arrepentido de ninguna escalada de volcán y si me quedo aquí no voy a poder dormir. Sumándole a eso que la gente acá es muy buena onda, es una forma de dar a la comunidad y es barato, pido los detalles y decido ir. Mañana nos veremos para el café o té y galletas a las tres y media de la mañana.
En lo que queda de la tarde me baño en las termales a ver el atardecer. Las montañas se ponen doradas y después negras. Salen las primeras estrellas. El lago duerme. El cielo está estrellado. Veo la Cruz del Sur. Pasa un satélite.
Me voy al dormitorio a editar una historia y termino tarde. Los vecinos de colchones en el suelo me dicen que ellos también van al volcán. Al final, paso casi toda la noche dando vueltas y viendo el reloj. No puedo dormir de la emoción y de la ansiedad de no dormir. La ironía… Justo cuando me invade el cansancio veo que quedan 5 minutos y me levanto de una vez.
Me tomo dos cafés y me aturugo un montón de queques balineses mientras espero al guía.
Llega, flaco, joven y sonriente. Empezamos a caminar por las suaves calles de tierra mezclada con ceniza.
Me dice que encienda el foco.
Pasamos por templos y bosques, llevándola suave, descansando mientras caminamos.
Mi guía es super tuanis y me dice que tiene tres mamás y un montón de hermanos. Tres mamás porque el papá es un playboy y muy guapo, pero que él es feo. Que los dioses dirán si se casará con una japonesa u otra extranjera.
Eucaliptos, pinos, y unos arbustos con un nombre cuyo hechizo hace imposible recordar.
Susurra el viento.
Sombrillas balinesas en un bosque encantado.
Arriba está frío, friísimo, y yo solo tengo una camisa de manga larga y el poncho…
Falta como hora y media para que amanezca.
Es increíble estar aquí en la cima del Volcán Batur.
Hay un montón de gente y el frío los apuña.
Me refugio en uno de los “mercados” que realmente es un techo de zinc con un par de paredes de plástico y me pasan un café hirviendo, que delicia.
La otra gente del hostal tiene el alimento y no han llegado. Me pongo a tocar armónica para calentarme. Funciona!
Me voy comiendo todos los huevos duros de la gente que no los quiere.
Antes de que amanezca me asomo y ya está aclarando. Estamos sobre las nubes y me invade esa sensación de cima. Volcanes y montañas. El viento congelado cala los huesos y congela la cara.
Las nubes deciden que es hora y empiezan a escalar. Espesas y a ras de tierra. Una manta blanca que sube y cubre todo a su paso. Un volcán que se cobija y quiere seguir durmiendo. Pasan entre nosotros. Todo se pone blanco. Despeja y se ven las cimas de otras montañas y volcanes y un poco del lago. La luna es un filo delgado y hermoso que veo con los binoculares. El sol entre las nubes parece una luna llena. Blanquititico.
Me como mi desayuno de sánguche de huevo duro, huevo duro, y sánguches de banano. Calientito y sabroso y acompañado con otro café.
Caminamos por el filo del borde del cráter. Cuentan de explosiones en 1960 y en el 2000. Dicen que los animales bajaron 2 días antes.
Nos calentamos en las fumarolas.
Monos.
Bajamos hacia el borde interior, monos y turistas.
Viejos monos bigotudos viven en el volcán, juegan con los turistas y comen huevo duro.
Suena hermoso el canto de los pájaros con el eco en los acantilados del cráter.
Fumarola que baña eternamente a un pino.
Guía me dice que «chill», que me siente y disfrute el lugar.
Nos sentamos en un pastizal y me dice que tiene que volver a escuchar la armónica. Se pone todo feliz y aplaude a la música. Aullamos como lobos y gritamos para el eco. Me dice que grite “look at the sun” y lo complazco. Se muere de risa dejandose caer sobre el pasto.
Foto con la placa del volcán.
Lava roja y negra.
Bajamos y vemos el verde brillante de los pinos entre el rubio zacatal de alta montaña. La mágica luz de un nuevo día.
Entramos al bosque de eucaliptos, pinos y arbustos abajo. Suenan otro tipo de pájaros y vemos una culebra en el sendero.
Los árboles en paz.
Templos místicos con todo tipo de decoraciones que se usan solo dos veces al año son ermitaños del bosque.
Hablamos del karma y las reencarnaciones y un poco de todo.
Celebramos la vida y la naturaleza.
Buenísimo como siempre, seguinos mandando para poder disfrutar las expericeincias como estando ahí con vos!!!!
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Gracias por disfrutarlo! Claro, ahí voy compartiendo los vistazos… Abrazo grande
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Me invadió una paz y tranquilidad muy especial al leer este relato. Aunque yo tengo gran contacto con la naturaleza, no es tan profundo y místico como el tuyo! A seguir disfrutando…
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Que especial saber esto! Confieso que me invadió una sonrisa al leer el comentario. El lector pone su parte… y le da vida a la historia. Definitivamente compartimos el
contacto con la naturaleza, y su disfrute.
Abrazos
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¡Que bueno Javi! Leí esto acostada en la hamaca, en cuaji, con un buen té. Se podrá imaginar como lo disfruté. Es imposible leerlo y no imaginárselo a usted contándolo, con su forma de hablar y sus expresiones jaja sentí que me lo estaba contando en persona. ¡Muy chuza experiencia, que siga disfrutando!
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Hola Nico! Que bueno saber que lo disfrutó, muy tuanis leer este comentario! El escenario de la lectura está perfecto. Un gran saludo y gracias por leer! Pura vida
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Cuanto lo extraño Javi y me encanta conectarme a través de esto. Leer esto es leer Cien Años de Soledad + Pedro Páramo o algo por el estilo. Tienen esa magia, todas las pausas indicadas y todos los elementos necesarios! Abrazo enorme y espero volverlo a ver algún día!
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Elke! Maeeeee, que chuzo leer este comentario! Me siento increíblemente halagado pero más que todo contento que lo disfrutara. Gracias, gracias, gracias 🙂
Falta rajado, pero siempre estamos conectados, ayer me topé en una librería con la edición más chuza que he visto de Cien años de soledad, vieja, con páginas achocolatadas y acrispadas como galletas recién horneadas que se quebrarían antes de romperse… Tenía cautivado a un joven Nepalí, entre paredes de libros. A ver cuando nos topamos, siento que pronto. Abrazooo
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¨Un volcán que se cobija y quiere seguir durmiendo¨ imágenes !!! amo! me encanta !!! me llevaste a viajar !
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Que dicha que lo disfrutás, gracias por viajar con nosotros!
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