Ranthambore, India
Me encuentro a mí mismo en India. Poco sé de cómo llegué aquí. No sé si mi esfuerzo me trajo o si todo esto pasó por sí solo.
Por fuera estoy sentado en un escritorio de madera iluminado por una lámpara con cuerpo de bronce y una sombra verde, por dentro, estoy volando. Escribiendo el sueño, viviendo el sueño, y siendo el sueño.
Mañana nos vamos a levantar de madrugada para ir al parque nacional a buscar tigres. Así es, vamos en un safari a buscar tigres. Tigres de verdad. De esos que de vez en cuando se salen del parque y comen ganado y hasta a veces gente. Esos majestuosos tigres inmensos que solo puedo imaginarme hoy, tendré la oportunidad de ver mañana. Aquí estoy con el punto rojo en la frente y me voy a dormir temprano y contento porque no importa lo que encontremos, vamos a estar en la presencia de naturaleza en una de sus manifestaciones más increíbles. Veamos o no los tigres, esto es increíble. Llevo todo preparado, osea, voy a llevar los binóculos. A ver si veo un tigre a los ojos. A ver que veo en el tigre, y que ve él en mí?
Que rujan los tigres y que corran y que brinquen y que meneen el rabo. A celebrar la vida. Pura vida.
Namasté tigres.